No es casualidad que River haya hecho un clic desde la asunción de Marcelo Gallardo como entrenador, allá por junio de 2014. “Muñeco” hizo que el club cambiara la cabeza y a partir de allí los éxitos se desencadenaron uno tras otro. Uno de los puntos clave fue lograr una identidad, un estilo de juego que el “Millonario” no abandona nunca, independientemente de los nombres y/o las situaciones que se le presentan.
Esa es la respuesta al rendimiento que tuvo River ayer en La Bombonera. Los 15 casos de covid-19 y las enormes limitaciones en la previa de un duelo clave no se notaron. De entrada Gallardo puso en cancha a los jugadores con más experiencia y mechó a los pibes en el momento justo. Así su equipo no fue superado casi nunca por Boca y manejó el juego durante todo el segundo tiempo. El trabajo en el tiempo da resultados cuando la idea no se modifica y esta es una clara muestra.