El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) se aleja cada vez más de las planillas y los cálculos numéricos para situarse en un terreno político. Según el diario Página 12, cercano al gobierno, la orden sería no resignar crecimiento económico ni prioridades sociales para cumplir con el pago de los USD 45.000 millones que tomó el gobierno de Mauricio Macri en 2018.
A tal fin, en la Casa Rosada entienden que la única solución es ampliar a más de 10 años la reestructuración, con otro condimento imprescindible: una negociación perjudicial condicionaría a este y a los gobiernos siguientes, por lo tanto se buscará un apoyo público y legislativo que le de cuerpo al planteo. Además, estas tratativas están atadas a otras, que transcurren en Europa: la postergación del vencimiento final con el Club de París. Ahora bien, ¿qué es lo que hay que saber para entender la postura argentina?
En primer lugar, el monto. Desde junio de 2018, cuando Macri firmó el primer programa financiero hasta mediados de 2019, el Fondo Monetario envió a la Argentina unos USD 45.000 millones. El acuerdo significaba un total de desembolsos por USD 57.100 millones, pero tras el revés en las elecciones para el macrismo, los giros de dólares se detuvieron en Washington.
El Gobierno de Alberto Fernández anunció que no continuaría con la agenda de pagos desde el FMI y que renegociaría la totalidad del acuerdo. El gran obstáculo que identificó el Frente de Todos tenía que ver, principalmente, con la hoja de ruta de devoluciones: la mayor parte (cerca de USD 38.000 millones) debería ser reintegrada entre 2022 y 2023.
La duración del nuevo acuerdo con el FMI es el segundo aspecto central en la negociación. Desde que comenzaron las conversaciones formales en agosto pasado se conocieron distintas alternativas que surgieron dentro de la coalición de Gobierno. Por un lado, una postura de negociar con las reglas del juego vigentes, es decir, un programa con una duración máxima de 10 años. Pero también transcendió una idea de conseguir un programa a 20 años de duración, informó Infobae. Una tercera opción fue expuesta por el ministro de Economía, Martín Guzmán, recientemente: firmar un acuerdo a 10 años y, en caso de que el directorio del Fondo aprobara en los próximos años una nueva alternativa de programa con mayor duración, una cláusula daría derecho a la Argentina a acogerse a dicha modificación.
Las tasas de interés representan el tercer punto en debate. "Alentamos al FMI a seguir considerando una reducción permanente y significativa de los sobrecargos o su eliminación", pidió Guzmán a través de un comunicado oficial en una reunión del G24, un foro de naciones emergentes.
En definitiva, la reunión de esta mañana (hora de la Argentina) entre Fernández y la directora gerenta del Fondo, Kristalina Georgieva, representa un nuevo de los intrincados capítulos.