¿Cuándo terminará esto? Esa es la pregunta que todos se hacen. Y la respuesta no parece ser unívoca. Según los historiadores, las pandemias suelen tener dos tipos de finales, principalmente: el médico, que ocurre cuando las tasas de incidencia y muerte caen en picada, y el social, cuando disminuye el miedo. Es decir, el final puede ocurrir no porque la enfermedad haya sido vencida sino porque las personas se cansen de temerle y aprenden a convivir con ella.
Un antecedente inmediato fue la epidemia por el virus ahora llamado sars-cov-1, otro coronavirus que afectó al mundo en 2003. Fue detectado primero en la provincia china de Cantón y llegó infectar a 8.422 personas en más de 30 países. Se reportaron 916 muertes. No había tratamiento específico ni vacuna. Pero se logró controlar. Claro que se deben salvar las diferencias con el nuevo coronavirus, que lleva ya 160 millones de contagios y 3,3 millones de muertes.
Según Allan Brandt, historiador de Harvard entrevistado por NyTimes.com, es probable que en este caso la pandemia acaba por cansancio, más que por haberla doblegado desde la medicina. "Como hemos visto en el debate sobre la apertura de la economía, muchas preguntas sobre lo que se llama el final están determinadas no por los datos médicos y de salud pública, sino por procesos sociopolíticos", declaró a ese medio. "Los finales son muy, muy desordenados", añadió Dora Vargha, otra historiadora de la Universidad de Exeter consultada por ese medio.
Las opiniones del país del norte no difieren demasiado con las locales. El doctor Francisco Nacinovich, jefe de infectología del Instituto Cardiovascular y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología, le dijo a Infobae que es muy difícil predecir cómo podría ser el fin de esta pandemia. "Es probable que la inmunidad de rebaño se alcance más adelante. El impacto de las nuevas variantes podrían demorar el logro de la inmunidad de rebaño. Tendrán que venir más vacunas contra esas variantes", opinó, por ejemplo.
Otro postura recogida por ese diario es la del vicedirector del Instituto de Virología del INTA en Castelar y miembro de la Sociedad Argentina de Virología, Mariano Pérez Filgueira. "No se conoce a largo plazo el desempeño de las vacunas. La erradicación es extremadamente difícil y se ha logrado con escasísimas enfermedades humanas y animales. Por ejemplo, la poliomielitis aún no pudo ser erradicada, pero se puede mantener bajo control a través de las vacunas", expresó.
A juzgar por las opiniones hasta ahora vertidas, es de esperar entonces que la erradicación no sea el modo en que vaya a acabar la covid-19. Tampoco sería la eliminación. Ahora bien, ¿qué pasa con la inmunidad de rebaño? De acuerdo a un artículo aparecido en la revista Nature, en la que se entrevista a varios científicos, es improbable que se llegue a ese punto, pues todos coincidieron en que da la impresión de que este virus llegará a ser una enfermedad endémica, como la gripe. En este punto, esa publicación especializada destaca que importa mucho la velocidad y la distribución de la vacuna. "Teóricamente, una campaña mundial perfectamente coordinada podría eliminar la pandemia, pero a la vista de la situación es altamente improbable que se consiga", se lee. En conclusión, nada está dicho por ahora.