Nicolás Moreno no exagera cuando dice que San Martín es su segunda casa. Tiene 20 años, recién cumplidos, y su llegada al club fue en 2009. “Tenía nueve años cuando mis papás decidieron traerme. En casa son todos fanáticos y yo amo esta camiseta”, jura en diálogo con LG Deportiva.
Nació y se crió en Los Aguirre. Allí, desde muy pequeño comenzó a perseguir su sueño, siempre detrás de la número 5. Mostraba buenas condiciones comparadas a las de otros chicos de su edad. Por eso, papá decidió llevarlo al complejo “Natalio Mirkin”. “Comencé en infantiles, hice todas inferiores, salté a Reserva, de ahí a la Primera de la Liga y ahora al plantel profesional”, explica “Chuni”, apodo que lleva desde que corría en los potreros. “Me lo puso un amigo de la infancia. No sé por qué comenzó a decirme así, lo cierto es que después me dijeron así en mi casa, ahora acá en el club. Todos me conocen por ese apodo”.
Desde que llegó al club comenzó a mostrar credenciales para armar una carrera promisoria. En 2013, Argentinos Juniors lo vio jugar e intentó llevárselo. “Me llevaron a una prueba, quedé y me tuvieron entrenándome tres meses. Todavía estaba en infantiles; pero no hubo acuerdo con San Martín y tuve que volver”, explica sin quejarse. “Acá soy feliz. Fue como el sueño del pibe haber podido debutar en Primera. Jugar en el club del cual sos hincha es incomparable, pero no me conformó quiero seguir aprendiendo y crecer como futbolista”, avisa.
Su debut absoluto fue el 4 de abril en Villa Crespo. Aquella vez, ingresó faltando ocho minutos en a derrota contra Atlanta. Sin embargo, 10 días más tarde Floreal García decidió mandarlo a la cancha como titular contra Chacarita. “Fue una alegría inmensa. Lástima que los resultados no nos acompañaron”, dice el punta que en el juego contra el “Funebrero” mostró algunos detalles interesantes. “Me sentí bien. Fue fundamental el apoyo de los más experimentados del plantel. Ellos me hablan mucho, todo el tiempo; me dicen que sea uno más, que no tenga miedo y que juegue tranquilo”, dice lamentando que en el momento más esperado tuvo que parar por haber dado positivo en los testeos de covid-19. “Ahora ya estoy bien, pero no la pasé nada bien. Los primeros siete días fueron durísimos, tuve todos los síntomas y me sentía realmente muy mal. Por suerte todo ya pasó”.
“Chuni” dejó la pensión en el complejo y decidió volver a su casa. “Estoy con mi familia y es todo mucho más llevadero. Además, en el auto sólo tengo 30 minutos hasta el complejo”, asegura, sin dejar de lado su único objetivo. “Yo trabajo con la idea de poder afianzarme en Primera. Sé que tengo que seguir trabajando y esforzándome, pero quiero conseguir esa meta. Consolidarme como futbolista y ascender a Primera con San Martín sería algo único”, cierra Moreno, el delantero que se crió en Cebil Redondo y que lleva los colores en la sangre.