El gobierno de Chile expulsó este domingo a 55 ciudadanos venezolanos acusados por haber ingresado de manera irregular al país y de delitos más graves.
La Policía de Investigaciones (PDI) trasladó a los venezolanos en cinco ómnibus hasta el aeropuerto de Iquique (a unos 2.400 kilómetros al norte de Santiago), vestidos con mamelucos blancos con capucha y mascarillas, esposados y cada uno acompañado por un agente.
En ese lugar abordaron posteriormente un avión rumbo a Caracas, según imágenes proporcionadas por el gobierno regional de Tarapacá.
El procedimiento fue similar al utilizado en febrero pasado, cuando fueron deportados 138 inmigrantes, la mayoría provenientes de Venezuela, Colombia, Perú y Bolivia.
“Este es el primero de los vuelos contratados por la Subsecretaría del Interior y la Dirección de Extranjería y Migraciones para materializar expulsiones, ya sean judiciales o administrativas”, afirmó Juan Francisco Galli, subsecretario del Interior.
El funcionario precisó que “en este caso son 55 ciudadanos extranjeros”, de los cuales 40 fueron deportados por haber ingresado a Chile por pasos prohibidos y los otros 15, por delitos como robo y tráfico de migrantes o de drogas.
Con este nuevo proceso de expulsiones, el gobierno del presidente Sebastián Piñera pretende deportar a unos 1.500 extranjeros este año, para lo cual alquiló 15 aviones comerciales que realizarán otros tantos vuelos.
En lo que va del año ya fueron expulsados 200 extranjeros en aviones de la Fuerza Aérea, en operativos que continuarán de manera paralela al proceso de deportación iniciado hoy, indicó Galli. Además, el año pasado fueron expulsados 1.365 extranjeros, según datos del Ministerio del Interior.