21 Abril 2021
En el antes y el después es fácil decir lo que no es y difícil decir lo que es, la mentira y traiciones se amigan entre los tiempos perdonándose pero nunca se olvidarán. Los poderosos aprovechan el temor para aplicar sus maldades sin saber que la paz no es miedo, manipulan la miseria diciendo que acabarán con la pobreza olvidando que muchos tienen poco y otros pocos tienen mucho y en el epílogo terminan matando al pobre. La Covid-19 destapó las realidades mostrándonos cómo vivimos, quiénes somos, viviendo una fatiga moral politizada con desigualdades económicas, educativas y una salud desbordada, poblada por pánico e incertidumbre. Parte de la sociedad, con su intolerancia, falta el respeto, violando los derechos de cualquier ciudadano común, tomándolo de rehén con paros, cortes de rutas, infringiendo los protocolos y contaminando el medio ambiente. Miremos lo que les está pasando a nuestros hermanos andalgaleños: Tucumán debe despertar y exigir a los indiferentes funcionarios elegidos y pagados por el pueblo que atiendan nuestras necesidades, hacer respetar nuestros derechos y cumplir la loable tarea cívica de trabajar al servicio de la comunidad, dándoles buenos ejemplos a nuestros hijos; de lo contrario, sus ciclos públicos para mí terminaron.
Pedro Castaño
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