El borrador sobre los biocombustibles

El borrador sobre los biocombustibles

05 Abril 2021

Franco Fogliata

Experto azucarero

Las redes sociales vinculadas al sector agroenergético, vienen difundiendo desde el 23 de marzo lo que denominan un “borrador del proyecto de Ley de biocombustibles”, y que estaría en la Comisión de Energía y Combustibles de Diputados de la Nación, que preside Omar Félix, diputado por Mendoza, quien siempre se autodefinió como defensor de la industria de hidrocarburos.

Ese proyecto tiene el título de “Régimen regulatorio de los biocombustibles” y consta de 3 capítulos y 19 artículos. En el primer artículo señala que ese régimen regulatorio “tendrá vigencia hasta el 31 de diciembre de 2027 y que el PE lo podrá extender tres años por única vez. Hasta allí la prórroga sería un hecho. Contiene muchos aspectos que están en la actual Ley 26.093, pero muchos otros que parecen bastante controvertidos y pueden crear confusión en los sectores productivos. Su lectura produce la impresión que el objetivo fundamental era bajar los % en las mezclas, tanto del bioetanol como del biodiesel y así dar más protagonismo a los derivados de hidrocarburos.

Regreso a una vieja idea

“Prima facie”, observo que muchos términos y conceptos de las Leyes 26.093 y 26.334 son más precisos. Quizás por eso el Senado de la Nación aprobó la prórroga sin introducir cambios. Era la que reclamaban sectores políticos y productivos del NOA y de Córdoba, entre otros. Resulta curioso comprobar que este “borrador “ de proyecto de Ley, señala en su artículo 8, volver a un 10% la participación del etanol en mezcla con las naftas, en total coincidencia con lo que habían planteado (en agosto 2020) al Gobierno Nacional las principales empresas petroleras del país (encabezadas por YPF), con sendas notas a los ministros de Economía y de Desarrollo Productivo. LA GACETA del 28/9/2020 publicó un artículo del suscripto donde cuestionábamos los fundamentos de esa petición, por no ser correctos desde el punto de vista técnico. Directamente decían que “se carece de experiencia de campo sobre aspectos de durabilidad en el tiempo de los motores con cortes superiores al 10% en Argentina”.

Como conocemos, no es así , pues están los antecedentes acumulados de unos 12 años con el Plan Alconafta y 15% en la mezcla y luego ahora con varios años empleando el 12%, con miles de km recorridos por millones de vehículos nafteros en el país, sin que jamás hubiera denuncias por problemas en los motores.

Al revés del mundo

En síntesis, de ser aprobado triunfaría la postura de las petroleras. Mucho más fuerte es el golpe a los cultivos graníferos dedicados a producir el biodiesel (la soja ) o al maíz destinado al bioetanol. Al primero lo reduce un 50% (bajaría del 10% al 5%), pero con la advertencia de reducirlo al 3% si se constatan aumentos de precios en los insumos básicos, etc. El mundo demuestra que el consumo de este producto creció entre años 2000 al 2016 desde 5 millones de t a 85 millones. Es decir hay demanda, sobre todo en la UE. En tanto al 10% de etanol , dejaría el 6% para el sector azucarero y 4% para el maíz. A su vez a este grupo lo reparte en 2,5% para las pymes y el 1,5% restante a otras empresas.

El último dato que disponemos de consumos de nafta en el país en 2020, proviene del CAA quien señaló un valor anual de 9.198.588 m3 con media mensual de 766.584 m3. La demanda para el sector sucro-alcoholero era 538.140 m3 (48,7% del total ). Tomando estos números, el 6% que asigna el proyecto serían 551.200 m3 para el NOA. Las autoridades deberían confirmar si estas cifras son correctas. Pareciera que esta política señalada en el “borrador”, responde a las ya comentadas expresiones del diputado nacional Omar Félix, quien dijo que “el petróleo subsidia a la Pampa Húmeda en alguna manera” y que no debía ser aprobada la prórroga tal cual la aprobó el Senado.

Rumbos políticos

Esto lo hice conocer por LA GACETA el 24-01-2021 y nadie se hizo eco. Así podemos inferir que se habría fijado un rumbo de política en cuanto que la producción de granos sean para exportación (por los dólares) y no para combustibles y dejar esto para el petróleo. La deducción hecha se basa en otras declaraciones del mismo diputado nacional, cuando dijo “tenemos ahí un problema latente con los biocombustibles porque afectan a la industria de los hidrocarburos y pensar en una nueva norma que regule al sector y apostar a los Bio pero en un marco que no afecte a la industria del petróleo”. Tal vez me equivoque, pero el espíritu del borrador del proyecto que comentamos, es casi lo mismo que pidieron las petroleras en aquellas notas de referencia. Los factores de poder deberían leer con atención ambos documentos y sacar conclusiones. Con el bioetanol en su artículo 8, el proyecto advierte de que pueden bajar los porcentajes si la Autoridad de Aplicación observa aumentos de precios en los insumos básicos, etc. Parece decir “producción y precios regulados”. ¿ Puede ser?

Oxigenantes sintéticos

Veamos más datos técnicos relevantes : cabe preguntarse si la disminución del etanol en la mezcla , va a mermar el ingreso de oxígeno en las naftas y cómo se solucionará ese aspecto.

Esperemos no sea recurriendo a los oxigenantes sintéticos provenientes del metano y que Argentina aún usaba en 2018, mientras Brasil hace 70 años que no los emplea. Nada se expresa al respecto.

La Facet-UNT hizo en 2015 un estudio muy importante sobre esto, demostrando que “el reemplazo de la totalidad de los oxigenados para alcanzar el 3,7% m/m de oxígeno permitido con indicación lo cubre el etanol al 13,6% v/v”. Dato contundente que tira por tierra lo esgrimido por las petroleras. Incluso estas señalaban que “los vehículos en Argentina admiten un nivel de oxígeno en las naftas de 4,5 % máximo”. El Art 10 define lo que deben considerarse PyMEs y explica que para producir biodiesel no excedan de 50.000 y/ año y para el bioetanol de maíz no más de 90.000 m3/año. En forma específica nada dice de las azucareras. La redacción es confusa . En el Art 11 al referirse al precio del producto proveniente de la caña de azúcar, menciona la aplicación de fórmulas a determinar, pero tomando en cuenta “el tamaño de las plantas” (¿?) y los insumos de origen. También se hace referencia que habrá un “tope “ en el % de incidencia que el bioetanol tenga dentro del litro de nafta. Por ejemplo la nafta súper hoy en Tucumán cuesta $86,50/l (promedio), en tanto el valor del bioetanol para marzo es de $48,70/l.

Entonces los 120 cc valen $5,84 y la incidencia seria 6,75%. Tomando los valores de Buenos Aires, la súper vale $80,50/l y los 120 cc $7,25. La incidencia sería así del 9%. ¿Cuál es el tope? También se insiste que si hay aumentos en los insumos, se podría reducir el % del corte. Todo muy ambiguo. El Art 12 merece su análisis porque se refiere a la determinación de los cupos de adquisición obligatoria de los biocombustibles y para la caña de azúcar señala 50% de manera directa a la cantidad de productores y el otro 50% será distribuido según producción promedio de los últimos 24 meses o de nuevas inversiones en subproductos derivados de los Bio según sus regiones, etc. (¿vinaza?).

Retroceso ambiental

Lo cierto es que bajar estos porcentajes es retroceder como país y olvidarnos de los acuerdos firmados en 1997 en Kyoto y después en 2015 en París, para no contribuir con la contaminación ambiental, más el calentamiento global y el efecto invernadero. El mundo camina hacia el empleo de combustibles provenientes de energías renovables de la biomasa (como el etanol). Con estas políticas vamos al revés. FAO continuamente informa la mayor demanda del bioetanol hacia 2025 por aumentos del % en los cortes o mezclas en numerosos países. La agencia Internacional de Energía (AIE) publicó hace poco que el consumo del bioetanol en el mundo creció 8,5 veces entre años 2000-2016 y hoy está en 150 millones de m3, con los EEUU a la cabeza (etanol de maíz) y una producción de algo más de 100 millones de m3 seguido de Brasil con 32 millones de la caña de azúcar, con fuerte ascenso de Tailandia, China, etc. Nosotros no figuramos. Los % de rebaja (de producirse) van a significar capacidad fabril ociosa, menos empleos, etc, cuando justamente lo que necesitamos es lo contrario. A mayor % de mezcla será menor la emisión de gases nocivos al medio ambiente. Asi lo entendió el Senado de la Nación cuando el 26 de octubre 2020 aprobó lo demostrado con el Balance Térmico molar sobre la forma que nuestro país disminuía la contaminación, por el agregado del etanol a las naftas con ese 12%. Si se desea plantear algo superado, existen muchos argumentos técnicos de peso que ayudarán a fortalecer y consolidar nuestra actividad, empezando por llevar la mezcla al 15 %, como teníamos hace unos 50 años.

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