03 Abril 2021
Julio César Gutiérrez
Dirigió la Escuela de Árbitros de Tucumán
Cuando vino Florencia a estudiar para ser aspirante, tuve que consultar con el Colegio de Árbitros. Le dije “vení la otra semana” y así fue. Luego empezó, y recuerdo que era muy estudiosa. Le hacía pasar vergüenza en clases a sus compañeros: siempre contestaba correctamente. Fue una excelente alumna. El curso iba de marzo a diciembre y ella aprobó su primer año con excelentes notas. Dirigía a los chicos de 13 o 14 años; en ese tiempo no había escuelita o recién estaban trabajando con los más pequeños. Un día me dijo “profe, quiero ir a Buenos Aires a estudiar y ser árbitro”. Le dije que era muy difícil y que iba a tener muchos problemas. Ya se sabía que Grondona no quería mujeres en el referato. Pero ella era ambiciosa. Quería ser alguien en la vida, y ser árbitro era su objetivo. Así que le notifiqué al Colegio sobre que ella iba a seguir los estudios allá. Le di el certificado de aprobación de su primer año y le dije que hablara con Marconi, que la había recomendado. Era liera, no se iba a quedar sin lograr esa meta y le ganó a Grondona con su huelga de hambre y su encadenamiento. Fue como que David le ganó a a Goliat.
Lo más popular
