Los huevos rellenos son un furor en Tucumán

Los huevos rellenos son un furor en Tucumán

Pasteleras coinciden en que su éxito se debe a la calidad, peso, precio y estética.

25 Marzo 2021

Frente a los tradicionales huevos de Pascua, una fuerte y creciente tendencia se acentúa y echa raíces en Tucumán: el concepto de huevos rellenos se convirtió en “la vedette” de esta festividad y son ahora los más buscados por los tucumanos. Pasteleras nos explican el porqué de este éxito desmedido y nos dan las claves para un huevo relleno perfecto.

Todos alguna vez hemos recibido un huevo de Pascua. El origen de la tradición es sospechosamente variado: hay quienes dicen que en el pasado, al no poder comer huevos (por ser producto animal) durante cuaresma, se bañaban con cera (para que durasen) y se regalaban recién en pascua. Otra de las teorías tiene que ver con que el catolicismo adoptó pintarlos y regalarlos como símbolo de la resurrección de Cristo. Sea cual fuere su génesis, con el tiempo mutó y llegamos a los huevos de chocolate. Esos mismos huevos que hoy están quedando un poco relegados ante el boom de los huevos de Pascua rellenos.

Si bien se comercializan desde hace algunos años, la pandemia y la necesidad de un nuevo ingreso dio el empuje para que los emprendedores se animasen a producirlos en masa. ¿Las claves para venderlos? Buenas materias primas y que sean muy vistosos, aseguran las especialistas.

Llaman la atención

Florencia Araujo Griet es pastelera y chef profesional. Cuenta que este tipo de huevos nacieron en Brasil y que fue así como ella los conoció. “Estuve mucho tiempo allá y justo para la época de Pascua. Me llamaron la atención, saqué la idea y de ahí empecé”, narra la joven, que todavía sorprendida cuenta que en la primera ocasión que los hizo, hace cuatro años, vendió casi 300 huevos. Un furor.

La pastelera infiere que el éxito de estos productos está en su composición. “Lo que pasa es que son con crema, más pesados. Por ejemplo, uno de los míos es como una torta; a la gente le gusta eso porque llama la atención, porque están de moda, básicamente”, desliza. Además -sigue- tienen mucho más peso y son más baratos. Es que los números son favorables a los rellenos: el huevo tope de gama de la marca más famosa de bombones con avellanas, de 225 gramos, se encuentra alrededor de los $ 1.300, mientras que los huevos rellenos se venden a partir de los 300 gramos y desde los $ 600 o $ 700 y en modo ascendente según el peso del producto (pueden llegar a los 800 gramos)

La clave para este tipo de productos, según Florencia, es vender lo que la gente pida. “Les gusta que sea pesado, goloso. El que la gente compra y vende es el que tiene mucho chocolate. El que más sale es el de la barrita kínder, que tiene relleno de chocolate. Mientras más pesado y más chocolatoso, mejor”, resume. Afirma que la mayoría de su público es joven, porque es al que ella se dirige. “La gente grande elige más lo tradicional y los jóvenes, lo de hoy, lo gourmet. Los compran mucho por el ojo”, añade.

Mucho más ricos

Camila Pérez es pastelera y, si bien se dedica a lo dulce desde hace algunos años, nunca había hecho productos especiales para Pascua. Este año será la primera vez que se anima a los huevos de pascua y, además, rellenos. Entiende que las ventas de este tipo de huevos se deben a que son novedosos, lindos (estéticamente) y más económicos. “Hoy en día, un huevo con un juguetito, se paga a $ 1.000 los 150 gramos. Si tenés tres hijos, no podés gastar $ 3.000 en un huevo para cada uno. Estos que yo hago, por ejemplo, pesan medio kilo y rinden para tres personas cada uno”, explica. Afirma con total convencimiento que estos rellenos son mucho más ricos y lo justifica nombrándolos: “son con brownie, dulce de leche, crema chantilly, crema de almendras o leche condensada”. Por supuesto, la estrella sigue siendo el huevo relleno con chocolate, que es el que más le piden.

Para elegir qué sabores vender, hizo encuestas. “Tiré varios sabores, variedades y rellenos. La gente votó y los más elegidos fueron los sabores que lancé”, comenta. Otra cuestión es la de la competencia: “todos los reposteros y los que venden se van especializando más, las decoraciones llaman mucho más la atención y el precio también. Está complicada la competencia porque todos son muy buenos”, admite la joven. Sin embargo, afirma con alegría: “están siendo (sus huevos) un éxito. Gracias a Dios estoy teniendo muchísimas ventas”.

Son un postre

Tamara Corres, desde hace más de 10 años se dedica a la pastelería y está contenta con el furor de los huevos rellenos. “Le ha dado la posibilidad a muchos más emprendedores en esta época, y la gente se está copando en comprarle cada vez más a los emprendedores y no tanto a las grandes multinacionales”, expone. Cuenta que empezó a venderlos hace algunos años y que le fue bien. “Se nos iba de las manos, nunca llegaba con la producción. Es impresionante lo que ha sido el éxito de esos huevos”, añade. De hecho, celebra que cambie un poco la tradición y no duda en que pronto se volverán clásicos.

Tuvo tantos pedidos el año pasado que incluso pudo renunciar a su trabajo y dedicarse exclusivamente a la producción. “Me fue muy bien y quedamos sin nada. No tenía ni huevos para mi familia”, recuerda entre risas. Para este año, ya está agotando su stock. Lo que sucede -explica- es que hay mucha gente vendiendo, pero también mucha demanda, porque los tucumanos celebramos mucho, más allá de ser o no creyentes.

Los productos que eligió vender son sin golosinas o sabores industriales. “Yo hago cheesecake, tiramisú, mousse de dulce de leche. Trato de hacer postres tradicionales, súper famosos en pastelería, algo rico y de buena calidad”, afirma. Así es como también llegó a realizar una producción especial para diabéticos, sin azúcar y sin harina. “Es una porción de la sociedad que está un poco olvidada en esas cuestiones, no hay una inclusión tan grande respecto a la alimentación de esas personas”, reflexiona.

Afirma que lo difícil es mantener un precio razonable. “Es todo un tema, últimamente te aumentan todo. Por semana te aumentan 10 pesos el azúcar, la harina, el chocolate aumenta unas semanas antes de Pascua y no baja más. Es muy difícil porque a veces hay que sostener un precio para no pegarle un impacto al bolsillo del cliente y bancar un poco antes de subir el precio. Es un desafío para el emprendedor”, concluye. 

Recomendaciones para un buen huevo relleno:  

- Un chocolate de muy buena calidad. La base de todo huevo de pascua: si falla el chocolate, falla todo lo demás.

- Comprar productos frescos y de primera calidad. Un ingrediente de mala calidad puede arruinar por completo la preparación.

- Que tenga una crema; ya sea de almendras, chocolate blanco o chantilly. Gran parte del relleno es una crema, eso suaviza los dulces que se le agregan.

- La creatividad de cada uno. Para un buen huevo relleno es necesaria la imaginación: mezclar sabores, texturas, diseños.

(Producción periodística: Nicolás Sánchez Picón)

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