Mujeres: claves para prevenir las afecciones cardiovasculares

Mujeres: claves para prevenir las afecciones cardiovasculares

Los chequeos anuales, la consulta médica y los hábitos de vida saludables, en cuanto a alimentación y a actividad física son fundamentales. Las diferencias de síntomas entre mujeres y varones. Opinan especialistas.

ATENCIÓN. En la mujer una sudoración o un dolor en el estómago podrían dar indicios de un infarto. ATENCIÓN. En la mujer una sudoración o un dolor en el estómago podrían dar indicios de un infarto.

Según cita la Sociedad Argentina de Cardiología, una de cada tres mujeres fallece por problemas cardiovasculares. A diferencia de otras afecciones, las del corazón no ocupan hoy todavía un lugar privilegiado en los medios de comunicación; la difusión existe, si, pero no al nivel que es necesario para crear conciencia. En este mes de la mujer, cardiólogos nos cuentan el por qué de la enfermedad, los factores de riesgo y la importancia de la detección temprana. Además, invitan a la consulta médica periódica.

“Las afecciones cardiovasculares ya han superado la mortalidad de, por ejemplo, el cáncer de mama, que años atrás era la principal causa de muerte en las mujeres”, confirma Jorge Tazar, presidente de la Sociedad de Cardiología de Tucumán. Según explica el profesional, la principal afección es el infarto agudo de miocardio. “Hasta hace décadas se pensaba que el infarto era exclusivo de los hombres, porque ellos duplican el número de infartos con respecto a las mujeres. Hemos aprendido que ellas, después de la menopausia y después de que disminuyen los niveles de estrógeno, pasan a tener un riesgo similar al del hombre”, expone Tazar.

En la misma línea se desenvuelve el también cardiólogo y expresidente de la misma sociedad Gabriel Salica: “es mucho más frecuente después de la menopausia, cuando las hormonas, que ejercen un efecto protector importante en la mujer, disminuyen”, comenta.

Es poco identificable

El gran problema de las enfermedades cardiovasculares en la mujer es que no son de fácil detección. “La manifestación clínica (del infarto) en las mujeres es completamente diferente al hombre; la forma de presentar el cuadro clínico es diferente, no es el cuadro crítico, con dolores, que se presenta en el hombre. Eso hace que durante muchos años no se les haya dado la importancia necesaria y se diagnosticaba cuando las cosas ya habían sucedido, es decir, cuando las cosas estaban muy graves”, asegura el doctor Tazar.

El especialista agrega que, por ejemplo, en las mujeres, la manifestación clínica puede ser la de un dolor epigástrico (en la boca del estómago) y no en el pecho, como suele suceder en los hombres. “A veces tienen una simple sudoración como manifestación de las enfermedades cardiovasculares. Muchas veces las mujeres mismas no tienen cuidado en los síntomas y dejan pasar el tiempo antes de consultar”, advierte.

“Por ahí la mujer misma subestima los síntomas, porque muchas veces la información está dirigida a otras patologías como la de mama. A veces, los dolores precordiales pueden ser un síntoma de cardiopatía isquémica (que es la principal causa de las afecciones cardiovasculares) y los relacionan más con la mama que con el corazón”, agrega Salica, quien también cuenta que otro síntoma es la disnea (la falta de aire) y que, al no ser un dolor fuerte, no es tomado como una señal de una posible afección cardíaca.

Mujeres: claves para prevenir las afecciones cardiovasculares

Factores de riesgo

Como ya hemos dicho, la menopausia y la reducción de estrógeno maximizan las posibilidades de sufrir problemas cardiacos en la mujer. Jorge Tazar pone de manifiesto que los factores de riesgo para estas enfermedades son comunes al hombre y a la mujer, pero en la segunda tienen mayor impacto.

“El principal factor de riesgo es la diabetes, que altera todo el pronóstico de vida en ambos, pero en la mujer es el peor de los factores. Luego está la hipercolesterolemia, es decir, el colesterol elevado en sangre. Otros (factores) son el tabaquismo, el consumo de alcohol, el sedentarismo y la hipertensión arterial”, enumera.

En otras palabras, la mujer -que de por sí tiene más posibilidades de enfermarse del corazón post menopausia- si tiene un factor, posee aún más riesgo. “Además, después de un primer infarto las mujeres tienen más morbimortalidad (posibilidad de muerte por enfermedad)”, alerta el cardiólogo.

Cuidar el corazón

Salica dice que la base para prevenir la cardiopatía isquémica es una dieta sana y actividad física, además de disminuir los factores de riesgo, por ejemplo, dejando de fumar. Una vez llegada la etapa en la que aumentan los peligros -sigue el especialista- la mujer (entre los 40 y 45 años, según el médico) debe también realizar controles y estudios cardiovasculares para poder detectar precozmente algunas alteraciones en las arterias.

Los estudios que pueden realizarse son electrocardiogramas, análisis para ver niveles de colesterol y glucemia. “Eventualmente se pueden pedir otros test como ergometrías, que por ahí van a surgir en la consulta con el médico”, desliza. “La pesquisa es tratar de hacer un examen clínico completo y estudios. Y por supuesto, la prevención: la vida sana es lo que previene el depósito de colesterol en las arterias. Obviamente (es imprescindible) suspender todos los factores de riesgo y, de tener patologías como por ejemplo la hipertensión arterial o diabetes, deben ser tratadas, con lo cual se disminuye el riesgo de que las enfermedades impacten sobre las arterias y las enfermen”, subraya.

“Así como van al ginecólogo y saben que todos los años tienen que ir a hacerse chequeos, pues también tienen que hacer un control anual con su cardiólogo, más allá de las recomendaciones de vida sana, dieta para evitar los factores de riesgo, que la mayoría son prevenibles”, agrega y resume el doctor Tazar. La detección temprana -continúa- permite evitar que se consolide, por ejemplo, un infarto de miocardio. “A partir de un infarto, sabemos que la paciente se puede morir, puede hacer una muerte súbita. Entonces (con la detección temprana) estás evitando la mortalidad. A largo plazo, una persona que ha tenido un infarto puede desarrollar insuficiencia cardiaca o un nuevo infarto. Todo eso se puede prevenir”, acota.

Tazar reconoce que hoy en día hay existe una serie de medidas terapéuticas que hacen que no se llegue a producir un infarto, como angioplastia, cateterismo, colocación de stents, entre otras. “Todos esos avances en el tratamiento han servido para reducir la incidencia de ataques cardiacos. Lo mismo se conseguiría en la mujer si ella hace sus controles periódicos; uno va a detectar tempranamente la enfermedad coronaria, la va a tratar y se evita que se produzca un infarto y todas las complicaciones que vienen a partir de él”, concluye.

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