23 Marzo 2021
EXPRESARSE. Los emojis permiten expresar emociones con mayor facilidad.
La aparición de la covid-19 obligó al confinamiento de ciudades enteras y, al estar distanciados unos de otros, la comunicación digital tomó el lugar de protagonista definitivamente. Todas -o casi todas- las conversaciones durante el año pasado incluían algún tipo de artefacto tecnológico. Y dentro de esta comunicación está el chat, medio que trascendió al uso de palabras para permitir a sus usuarios enviar emojis, símbolos que comenzaron siendo unas pequeñas caritas amarillas para indicar algún sentimiento específico, pero que evolucionaron a tal punto que las plataformas ofrecen casi cualquier objeto transformado en figura, incluso hay algunos que nadie sabe qué son o qué representan.
“Una imagen vale más que mil palabras”, dice Silvina Sleiman, profesora de Comunicación Visual, para describir la importancia de los emojis, pequeñas imágenes que se presentan para facilitar el diálogo. “La imagen está cargada de significación, solamente tenemos que saber entender y leer esa imagen, mirar esa imagen”, agrega.
Es que el crecimiento del uso de herramientas informáticas en la comunicación no vino sólo, sino que agregó a las posibilidades de comunicarse diferentes recursos, y los emojis se destacan dentro de ellos. “Con las redes sociales, con el boom de la tecnología, la imagen toma doblemente preponderancia. Antes era en la fotografía, en el cine o en la obra de arte; hoy el emoji es un elemento principal o fundamental en una conversación”, indica la experta.
CLÁSICO. Una cara redonda y amarilla con una sonrisa en la cara fue el primer emoji. Con el tiempo adquirió más variantes.
Este irrupción de diminutas imágenes que representan sentimientos u objetos generó una importante influencia en las comunicaciones humanas, de tal modo que hasta están causando que cambien la manera en que las personas hablan entre sí.
Estos cambios, sin embargo, no son negativos según Sleiman, sino que pueden traer ciertos beneficios. “Nos influenciaron muchísimo y nos ayudan a expresar sentimientos o momentos, a ser ágiles en una conversación. En ocasiones reemplaza a la palabra, pero en el sentido de darle dinamismo, fugacidad, rapidez a la conversación, entonces uno con un emoji puede acortar un mensaje”, afirma.
“Por medio del Whatsapp, las aplicaciones o las plataformas nos resulta más fácil expresarnos, decir lo que sentimos a través de un emoji. Pero eso no significa que la palabra haya perdido valor, porque la imagen siempre tuvo importancia, lo que pasa es que ahora se ve en un papel prioritario con el avance de la tecnología”, explica.
Diferencia generacional
Este modo de expresarse no existe desde siempre, y son las últimas generaciones (millennials y centennials) las que están más acostumbradas a su uso. En este sentido, cabe destacar que los emoticones surgieron a finales del siglo pasado y estaban compuesto por, al menos, dos signos de puntuación que significaban un gesto, por ejemplo los puntos y un paréntesis de cierre para indicar una cara feliz, :). Luego, esos símbolos adquirieron mayor relevancia cuando se los transformó en simples caras amarillas que denotaban de modo más preciso los sentimientos: emojis. Estos pequeños símbolos de chat nacieron hace dos décadas y en el tiempo que pasó sólo aumentaron en cantidad.
El hecho de que su aparición sea relativamente reciente generó ciertas diferencias a la hora de aceptarlo por cada generación.
OPCIONES. Son muchísimas las caritas para elegir.
“Cuando aparecen los emojis fueron aceptados por los chicos, porque tiene que ver con aceptar lo que proponen las plataformas, en cambio, la generación más grande tuvo dificultades para aceptarlo”, sostiene Carolina Gallo, docente y experta en Comunicación.
“Ha sido un proceso de transformación porque antes estaba prejuzgado que era solamente para el uso de los chicos. ‘No voy a poner una carita en la conversación porque es de chicos’, se pensaba, había un prejuicio. Se le daba valor como conversación informal, entonces desde lo formal se lo rechazaba”, añade la especialista.
Esta brecha en la utilización de caritas simbólicas comenzó a zanjarse una vez que los más grande empezaron a aceptar el uso de los emojis en sus conversaciones diarias: “cada vez se usan más porque sugieren cosas que tienen que ver con un código que previamente se ha implementado, porque para usar un emoji tiene que haber un código en común con la otra persona”. En este sentido, surge el problema de que cada generación se comunica según sus propios códigos y eso dificulta el trato entre personas de edades muy diferentes, según explica Caro.
“Para algunas personas (adultas) si ponés un corazón en una conversación puede sugerir que la estás presumiendo, pero en realidad depende de la situación. Para los chicos, eso no es presumir, para ellos es algo mucho más liviano”, dice.
Emoción
Por su parte, la coach ontológica Fabiana Urueña relaciona el uso de los emojis con las emociones de las personas.
COMUNICACIÓN. Los emojis se hicieron parte de las conversaciones.
“Como sociedad hemos vivido muchísimos años en los que nos hemos culturizado bajo el manto de la razón. Ahora creo que estamos en una época de transición con la comunicación digital, a través de smart phones, en el centro de la escena”, asegura.
La especialista añade: “acompañando esta era digital está la era de las emociones, y es ahí donde aparecen los emojis porque expresan emociones. No nos comunicamos sólo desde lo racional, nos comunicamos también desde lo emocional y eso es una ventaja que nos da en estas caritas”.
Entonces, la comunicación digital -afirma Urueña- se está separando de los modelos puramente mecanicistas para acercarse a modelos “más humanos”, que sirven para que una charla se parezca más a un encuentro en persona que a palabras leídas en una pantalla.
“Los emojis nos traen esa necesidad, ese motor interno que tenemos de querer mostrar cómo nos sentimos. Y ya no se trata sólo de ser, de pensar, sino también de sentir, de emocionarnos, de reconocer nuestros estados de ánimo”, reflexiona.
(Producción periodística: Homero Terán Nougués)
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