Por Martín Soto y Álvaro José Aurane 22 Marzo 2021
SANDRA MENDOZA. La legisladora es esposa del intendente de Famaillá y era la vicepresidenta segunda del bloque Justicialista de Todos.
La interna del oficialismo no se toma fines de semana. Ni siquiera los domingos. Justamente anoche el manzurismo sumó dos legisladores al bloque Lealtad Peronista. Son nada menos que Sandra Mendoza, esposa del intendente de Famaillá, José Fernando Orellana; y Juan Enrique Orellana, el mellizo del jefe municipal.
La noticia fue brindada a LA GACETA, al cierre de esta edición, por el propio José Orellana. “Estamos con el gobernador sin medias tintas. Él es el que conduce. Él es el líder”, sentenció el ex diputado nacional. “La Nación quiere un triunfo en octubre y para eso hay que trabajar unidos con el gobernador. Si hay un triunfo en 2021, también lo habrá en 2023”, analizó.
ENRIQUE ORELLANA. El hermano mellizo del jefe municipal estuvo en la sesión pasada y le dio su voto a Cobos para ser Defensor del Pueblo.
Consultado por este diario acerca de que su hermano, Juan, había votado junto con el jaldismo por la consagración de Eduardo “Lalo” Cobos como ombudsman (su designación, el lunes 8, detonó la interna que comenzó con la fractura del hasta entonces oficialista bloque Justicialista de Todos), el intendente manifestó que se trata de dos instancias muy diferentes. “En la Legislatura sólo votamos el nombramiento de un defensor del Pueblo para la Provincia. Pero lo que siguió después es completamente distinto. Nosotros queremos gobernabilidad y queremos que el peronismo siga siendo la fuerza mayoritaria de Tucumán. Y ambas cosas se logran respetando el verticalismo de nuestro movimiento y encolumnándonos detrás del presidente del Partido Justicialista, que es el gobernador”, concluyó.
En el mundillo de la política se hacían ayer dos lecturas de estos movimientos. Por un lado, que hay dirigentes que buscan asegurar la gobernabilidad en sus distritos y no sufrir un “cierre de grifo” de parte del Poder Ejecutivo. Hay quienes especulan entonces que estos cruces pueden repetirse ya que hay varios intendentes que tienen a un familiar en la Cámara. Y por otro lado, que el gobernador Juan Manzur debe robustecer el armado territorial, un punto en el que su vice -y ahora rival- Osvaldo Jaldo ha demostrado mayores fortalezas.
Reordenamiento
Esta nueva sangría deja al bloque Justicialista de Todos que conduce Roque Tobías Álvarez con 19 integrantes, aunque el jueves debe asumir su banca Maia Martínez en reemplazo de Cobos. En tanto que Lealtad Peronista, encabezado por Sergio Mansilla, engrosó sus filas el fin de semana y pasó de tener 11 miembros a 14. Además de Mendoza (era vicepresidenta segunda de la bancada jaldista) y Orellana, el alperovichista Julio Silman -que votó por Cobos- abandonó el espacio Hacemos Tucumán para encolumnarse detrás de Manzur.
Sara Alperovich, en tanto, se mantendrá con un unibloque de Hacemos Tucumán. Fuentes del alperovichismo aseguraron que la legisladora no tiene previsto tomar partido por ninguno de los bloques, aunque dijeron que hubo invitaciones para sumarse.
Está previsto que el espacio manzurista se reúna en la mañana de hoy para terminar de definir a las autoridades del bloque, analizar el escenario político y para coordinar qué rol tendrán en la sesión de Cámara prevista para el jueves a las 8.30. Por ahora no hay un acuerdo sobre qué postura adoptarán ante el proyecto de resolución que impulsan jaldistas y oposición para que el presidente Alberto Fernández prorrogue la Ley de Biocombustibles que caduca en mayo.
Con estos traspasos, además, el jaldismo pierde solidez para conseguir quórum para sesionar (debe haber 26 legisladores) y depende mucho más de los otros espacios. En la última sesión hubo 27 votos a favor de Cobos, de los cuales 21 eran peronistas, dos alperovichistas (Alperovich y Silman), dos radicales (José María Canelada y Ricardo Ascárate y dos republicanos (Juan Rojas y Paulo Ternavasio), que fueron expulsados del espacio bussista por haber desobedecido el mandato de bloque.
La incógnita
En ambos espacios del oficialismo aguardan el retorno de Jaldo, quien se recupera de un cuadro de covid-19 en su casa. De no mediar inconvenientes, el jueves podría recibir el alta y hasta presidir la sesión de Cámara.
Los parlamentarios que responden al tranqueño reprocharon que Casa de Gobierno lo haya atacado a pesar de su convalecencia. “No han respetado que haya estado enfermo, no tuvieron ni esa consideración”, protestaron. De todos modos, aseguraron que Jaldo les transmitió que no tomará ninguna decisión apresurada. “Pidió tranquilidad, no actuar en caliente”, dijeron fuentes consultadas. Respecto a la actitud que mostró Manzur, dijeron: “está desequilibrado, peleando solo, tirando puñetazos delante de un rival que no existe”.
Del lado del manzurismo reconocieron que es un interrogante con qué ánimos volverá al ruedo el tranqueño, pero sostienen que “pelear no le conviene”, que debe salir con un discurso de unidad y ponerse a disposición del gobernador. “Lo han querido jubilar a los 52 años”, reprochó un parlamentario cercano al mandatario.
Durante una cena con dirigentes, Manzur había advertido que está “fuerte, firme y con ganas de redoblar la pelea”. Bien parece que quedan muchos rounds por delante en esta interna.
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