“Hace 29 años que estoy trabajando en el servicio de Estimulación Temprana del hospital del Niño Jesús. Actualmente, estamos atendiendo de forma virtual y presencial, cuidando las burbujas tanto para los niños y sus familias, como para los profesionales. A los niños los recibimos una vez a la semana, antes se los atendía dos o tres veces, dependiendo un poco de la patología. En el caso de los niños con síndrome de Down, además de trabajar con el kinesiólogo, también están las maestras estimuladoras para constituir el jardín terapéutico”, explicó la pedagoga y magister en Psicología Educacional del efector, Alejandra Rossini.
En el Día Mundial del Síndrome de Down, el Ministerio de Salud resaltó la incidencia que tienen estos centros de atención y remarcó que los chicos son acompañados por equipos interdisciplinarios de profesionales de la Salud y la Educación, para contribuir a su permanente desarrollo.
Rossini explicó que la actividad se desarrolla en dos modalidades: terapéutico y educativo. Según dijo, cuando el niño inicia en el centro el tratamiento, muchas veces tiene algunas cuestiones orgánicas que hay que tratarlas primordialmente; y eso se realiza en combinación con los servicios del hospital. Una vez que está superada esa instancia, ingresan con el terapeuta.
“Siempre pedimos que el niño traiga el alta de médica, para que sepamos que puede hacer algunos movimientos. Recibimos chicos desde los cero años hasta los tres y medio aproximadamente. Nos regimos con los elementos curriculares porque pertenecemos al Ministerio de Educación y nuestro servicio es combinado entre Salud y Educación”, sostuvo la especialista.
Asimismo, subrayó los infantes comienzan con el kinesiólogo a formar grupos y trabajan también con los papás. Ellos son los primeros estimuladores y reciben del equipo las indicaciones y herramientas correspondientes.
“Una vez que va adquiriendo la marcha hacia casi los dos añitos, porque en ellos todo es más tardío, también tenemos que trabajar el lenguaje; allí interviene la fonoaudióloga. Las maestras que trabajan sobre toda la senso-percepción. Después de eso, vamos preparando a los niños hacia la escolaridad, cuando están por cumplir los tres años”, remarcó con referencia a esa etapa.
Para hacer este traspaso, las pedagogas hacen un seguimiento de un año y chequean la evolución. El Ministerio de Educación, por su parte, tiene otro organismo que es el equipo de coordinación de la provincia. Hay maestros de apoyo que instauran y observan si el niño está bien en su escuela.
Por qué acudir a un centro de estimulación temprana
“El niño que no recibe estimulación temprana tiene todo más tardío, más olvidado, por eso es muy necesario que puedan concurrir. Hay que tener en cuenta que el servicio no está solamente en el hospital de Niños, sino también en el Avellaneda y Eva Perón. Nosotros contamos con fonoaudióloga, psicóloga, kinesiólogo, trabajar social, terapista ocupacional, maestras estimuladoras. Durante el año, entre el turno mañana y tarde, llegamos a atender a 300 niños con diversas patologías, pero por lo general los chicos con síndrome de Down son la mayor cantidad”, comentó la especialista.
El equipo de salud trabaja de lunes a viernes de 7.30 a 12.30 y de 13.30 a 18.30.