Un piloto contó cómo sobrevivió 38 días perdido en la Amazonia

Un piloto contó cómo sobrevivió 38 días perdido en la Amazonia

Vivir para contarlo. Un aviador brasileño subsistió en la selva tras un accidente.

Un piloto contó cómo sobrevivió 38 días perdido en la Amazonia
21 Marzo 2021

BRASIL.- El piloto Antonio Sena, de 36 años, desapareció el 28 de enero en lo más remoto de la Amazonia brasileña cuando transportaba suministros a una mina ilegal. El único motor de su avioneta se paró de pronto.

“Gracias a Dios, encontré un pequeño valle”, dijo, 38 días después, cuando logró ser rescatado.

Contó que aterrizó como pudo. Y lo hizo bien: terminó empapado de gasolina, pero consciente, sin huesos rotos.

Lo rescataron. Y pesaba 26 kilos menos. Un curso de supervivencia en la selva que hizo tiempo atrás resultó vital.

Dormía lejos de los arroyos para evitar emboscadas de animales. Cuenta aún maravillado que no se topó con ninguno de los grandes depredadores. Ni un jaguar, ni cocodrilos ni anacondas. “Para evitar ataques, caminaba haciendo ruido con las hojas. Si vas en silencio, puedes importunarlos sin querer”, detalla.

Los equipos de rescate militares habían desistido cuando Sena fue localizado por una familia de recolectores de castañas. El clan que dirige doña María Jorge, con medio siglo en el oficio, es una de las miles de familias que explotan Amazonia de manera sostenible. Y legal. El piloto se llevó la alegría de su vida; sus salvadores, un susto descomunal.

Tras el accidente, permaneció cerca de los restos de la avioneta como mandan los manuales de rescate. Cuando pasados nueve días dejó de oír sobrevuelos, supo que dependía de sí mismo. Emprendió una caminata hacia el este guiado por el sol porque el mapa aeronáutico que llevaba en el móvil mostraba un par de pistas de aterrizaje en la zona.

Estaba demasiado débil para cazar. Para comer, observaba a los monos “Si ellos comían algún fruto silvestre, yo también”. Poco más encontró mientras estuvo perdido. “Comí huevos de ñandú tres veces, la única proteína que tomé. De cáscara azul, tenían clara y yema. Y encontré cacao cuatro veces”, rememora. Nunca logró saciarse.

El piloto se perdió en una zona especialmente valiosa de Amazonia, por la Reserva Biológica Maicuru. Su biodiversidad es una joya tan preciada que tiene la máxima protección de la ley brasileña, explica la ingeniera forestal Jakeline Pereira, de 40 años, por teléfono desde Belém (Pará). “La presencia humana está totalmente prohibida porque allí hay especies endémicas que no existen en ningún otro lugar del planeta”, cuenta esta especialista de la ONG Imazon.

La odisea del piloto entró en la fase final cuando de repente oyó una motosierra tras días y días de soledad, caminata, hambre y fuertes dolores. Eran recolectores de castañas. “Encontré una lona blanca con su material, comida… y vi al primero de ellos”, cuenta emocionado Sena. “Al principio me tenían miedo, les pedí castañas. Apareció otro, más hablador y fuimos a su campamento”. Insiste en su gratitud infinita a doña Maria Jorge, a sus hijos y nueras. Es una paradoja que fuera salvado por una familia que explota legalmente la selva en la Reserva Estatal de Paru, donde la recolección está permitida.

Tras alimentarlo, pidieron socorro por radio. El piloto perdido en Amazonia estaba vivo. Listo para regresar a casa. Tras 38 días, lo recogió en helicóptero un equipo de bomberos y militares.



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