Maia Martínez: “mi conductor es Jaldo, pero voy a bregar por la unidad del peronismo”

Las vueltas de la política hicieron que Maia Vanesa Martínez deba dejar su reemplazo en el CAPS de la comuna de El Naranjo y El Sunchal (Burruyacu) para ocupar una de las 49 bancas de la Legislatura. La odontóloga, de 33 años, será quien asumirá en la sesión del jueves el escaño que quedó vacante tras la elección de Eduardo “Lalo” Cobos como ombudsman hasta 2026. “Me he vuelto importante de la nada”, comenta con gracia la futura parlamentaria al ver su nombre mencionado en los medios.

Entre 2015 y 2019, Martínez fue comisionada rural de El Naranjo y El Sunchal, un pueblo de unos 4.000 habitantes que se ubica a unos 25 kilómetros de la capital. En los últimos comicios se postuló como legisladora en tercer término de la lista Movimiento de Integración Federal, que obtuvo un escaño. Al dimitir Cobos, debía sucederlo Raúl Aragón, ex comisionado rural de Santa Cruz y La Tuna (Simoca). Sin embargo, el dirigente renunció a este derecho (es colaborador del ombudsman). La Junta Electoral Provincial notificó a la Legislatura que la banca le corresponde a Martínez, trámite que obtuvo el visto bueno de la comisión de Poderes que encabeza Sandra Mendoza.

En una entrevista con LA GACETA, Martínez reconoce que llega a la Cámara en una situación muy particular por la escalada de tensiones entre el gobernador Juan Manzur y el vicegobernador Osvaldo Jaldo. Remarca que su objetivo es bregar por la unidad en el peronismo, pero blanquea que su situación hoy la ubica en la cancha del tranqueño. “Como delegada me tocó trabajar para Manzur y Jaldo, que es la fórmula y que mi gente y yo votamos. Esperábamos tenerlos unidos hasta el final (del mandato), y ahora me encuentro con esto… Pero tengo bien en claro que hoy en día mi conductor es Jaldo, voy a estar en la Legislatura trabajando con él; pero voy a bregar por la unidad del peronismo. Ojalá que se pueda, por el bien de todos”, expresa.

Grieta política

La futura legisladora, no obstante, es hija de Amanda “Cotona” Grau, actual comisionada rural de El Naranjo y El Sunchal, motivo por el cual hoy su familia se ve atravesada por la grieta política. “Estamos divididas, porque las autoridades de ella son el gobernador y el ministro del Interior (Miguel Acevedo). Pero ella por su lado y yo por el mío siempre estamos viendo el bienestar de la gente. Para eso estamos y para eso nos eligieron”, reflexiona.

A pesar de su corta trayectoria en política, Martínez tiene en claro que es clave para el peronismo seguir la máxima plasmada en la marcha que indica que “todos unidos triunfaremos”, y remarca que desde su rol colaborará para un buen gobierno. “No es mi intención sembrar más cizaña para que se dividan, sino tratar de ayudar para que todo se acomode. Voy a colaborar para que gobiernen bien Jaldo y Manzur el tiempo que les queda”, indica. Martínez subraya que son las máximas autoridades de Tucumán. “Hay una provincia que espera mucho de ellos, porque quienes los votamos, los votamos a los dos, no a cada uno por su lado. Hay mucho por solucionar. Hay varios temas en la provincia que quizá juntos puedan solucionar. La gente se queja de la inseguridad”, expresa.

Defender a la mujer

Considera que será una suerte de representante de los delegados comunales en la Cámara. Asegura que no tiene parentesco con Cobos, pero que lo conoce desde pequeña ya que su padre era muy amigo suyo y él colaboró mucho con la comuna cuando estaba a cargo de la Dirección de Materiales y Construcciones Escolares (2011-2015). “Él es mi consejero”, resalta. Consultada sobre qué impronta planea llevar a la Cámara, afirma que verá a qué comisión la designan. De todos modos, señala que las principales preocupaciones que le transmite la gente van direccionadas a la revalorización de la mujer y la lucha contra la violencia de género. “Como mujer y como madre, creo que es muy importante”.