Por Rodolfo Casen y Gustavo Rodríguez 20 Marzo 2021
AQUÍ COMENZÓ TODO. La casa donde fue torturado y ultimado Víctor Hugo Brito. Se sospecha que en el lugar estuvo su hijo viendo todo.
El miedo se instaló en el paraje Domingo Millán, de la comuna de El Sacrificio (La Cocha), tras los asesinatos del prestamista Víctor Hugo Brito (58 años) y de su hijo Gonzalo (18 años) ocurrido el viernes 12. La gente permanece replegada en sus hogares y nadie sale a atender a ningún desconocido. La llovizna y los pésimos caminos de la zona hacen su aporte a la reclusión.
“Aquí antes del anochecer nadie asoma en la calle. Lo ocurrido fue muy macabro y hay un antecedente de otro caso. De un chico que lo encontraron muerto en un camino de la zona. De ese hecho nunca más se supo nada”, comentó una mujer del lugar, que prefirió no identificarse. Fue una de las pocas que se animó a salir a atender a LA GACETA.
El crimen de Víctor Hugo y de Gonzalo es investigado por la Fiscalía de Graves Delitos Contra la Persona, a cargo del fiscal Miguel Varela. La policía lleva adelante averiguaciones que tratan de determinar los móviles y responsables del hecho. Los familiares de las víctimas sostienen que detrás de las muertes de sus seres queridos está el obscuro mundo de la usura. Sin embargo, la hipótesis que más pesa es la que relaciona las muertes con el negocio del narcotráfico.
Eso surge, en principio, del procedimiento homicida, el cual revela matices mafiosos y propios de sicarios. Víctor Hugo fue asesinado en su casa de un tiro en la nunca efectuado a muy corta distancia. Antes lo habrían torturado y eso se desprende por las lesiones que tenía en el rostro y por las fracturas de sus brazos.
Pese que los familiares aseguran que Gonzalo no estaba en ese domicilio, los investigadores creen que estaba con su padre y que podría haber presenciado el crimen. De allí lo trasladaron hasta un lugar desconocido y lo mataron de un disparo y por los rastros encontrados, se cree que en la cabeza. Sí está confirmado que le prendieron fuego cuando estaba sin vida. La autopsia reveló que en sus pulmones no habían quedado restos de humo, es decir, que no respiraba cuando el fuego comenzó a consumir el VW Gol.
Temores
“Aunque eran conocidos, nadie sabía de sus actividades. Y si alguien tiene alguna información no se va a atrever a hablar. Estas cosas son muy delicadas. Para colmo aquí se vive en medio de la nada. Hasta los caminos desaparecen”, observó la mujer en una entrevista con LA GACETA.
El comisionado comunal del Sacrificio-La Invernada, Carlos Castro, reconoció que el doble crimen en Domingo Millán sumergió en el temor a toda la población. El funcionario es oriundo del lugar y conocía a los Brito. “Esto es algo terrible, lamentable. La fiscalía y la policía están trabajando y confiamos en el pronto esclarecimiento del caso”, agregó.
El mismo miedo encontró el fiscal Varela a la hora de encontrar testimonios que le permitieran profundizar la pesquisa. En varios casos tuvo que garantizar medidas extraordinarias para que los testigos declararan libremente. Y en base a esos testimonios, los Brito quedaron implicados en una línea narco.
Al parecer, Gonzalo Brito podría haberse dedicado en un primer momento al microtráfico de drogas. Pero al haber descubierto los frutos de la actividad ilícita y decidió ir más arriba aún. “Podría haber estado involucrado en el tráfico de marihuana, pero de cantidades importantes”, explicó una fuente judicial. El sur de la provincia, en los últimos tres años, fue el lugar elegido para ocultar grandes cantidades de esa droga que llegaba por vía terrestre o aérea. (Ver antecedentes por separado) ¿Pudo haber sido ese el móvil del doble crimen? Y todos los indicios indican que sí.
Dos teorías
Investigadores de las fuerzas federales catamarqueñas le explicaron a LA GACETA que venían siguiendo los pasos de Brito. Creen que podría haber estado involucrado en el tráfico de estupefacientes hacia Catamarca. “Se habla de que podría haber vendido una importante cantidad que supuestamente habrían traído desde la Mesopotamia en un vuelo narco, pero la carga nunca habría llegado y por eso los asesinos se vengaron”, indicó la fuente.
La otra posibilidad que manejan los pesquisas es que la muerte del joven haya estado vinculada a una pelea por el dominio territorial. Aparentemente, el más joven de los Brito habría intentado ampliar una supuesta red de narcomenudeo que habría tenido en Alberdi, La Cocha y Aguilares, donde habría intentado ingresar sin darse cuenta que estaba tocando los intereses de alguien mucho más poderoso. “De todas maneras, fueron dos homicidios muy sangrientos que tienen sello de una venganza. En la provincia hemos visto muertes por estas cuestiones, pero nunca tan violentas y, mucho menos, en el interior tucumano”, indicó una fuente judicial.
El fiscal Varela, por el momento, guarda un lógico silencio. En caso de que surgieran más indicios sobre una posible conexión de drogas, deberá enviar las copias de su trabajo a la Justicia Federal para que analice si corresponde iniciar una investigación por tráfico y comercialización de estupefacientes.
Otra muerte
En la zona hubo un resonante caso
En Domingo Millán los crímenes de los Brito trajo a la memoria otro asesinato que se registró en la zona, pero se trató de un hecho de inseguridad. El 12 de diciembre de 2016, el músico Luis Rodrigo Pinilla (22 años) fue asesinado en un camino vecinal de la zona. Su cuerpo fue encontrado en un paraje desolado y con las manos atadas. La Justicia determinó que al joven lo habían matado para robarle la moto en la que se desplazaba. Por el hecho fueron acusados Ricardo William Décima y Nelson Rojas. El primero fue condenado a cadena perpetua -la misma pena recibió meses después por el homicidio de Walter Garzón, ocurrido en 2013 en La Trinidad- y su cómplice, absuelto.
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Narcotráfico
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