Por Sebastián Rosso
20 Marzo 2021
Poeta, música y musicóloga tucumana. Profesora de Filosofía en la UNT. Dedicó su vida a las músicas folclóricas argentinas, como también lo hizo su hermano, Rolando “Chivo” Valladares. Pero, mientras este se puso a componer sus propias zambas y chacareras, ella directamente salió a registrarlas. En un momento en el que las radios y los aparatos tecnológicos difundían enlatados, cuando la música internacional enterraba las formas originales, ella salió con un grabador al hombro a recopilar bagualas, coplas, haynos, vidalas. Para Leda la tecnología tenía otras capacidades. Pero aquí también hizo una diferencia con los anteriores registros musicológicos, como los de Carlos Vega o Isabel Aretz, pues mezcló trabajo de campo con creación propia. De esa manera logró una impresionante combinación de ciencia y arte que obtuvo una difusión impensable para los trabajos académicos. Nada fue ajeno a su oído agudo y perspicaz. Grabó e interpretó a los creadores anónimos con rigor de antropólogo y con pasión de artista. Debemos a ella que se mantenga viva la voz anónima que cantaba e improvisaba en el campo argentino:
Donde están esos cantores
Los que cantaban primero
Caja i cuero
Cantar quiero, cantar quiero
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