Una semana de agitación política protagonizó el gobernador, Juan Manzur, que culminará hoy al lado del presidente, Alberto Fernández, en Catamarca.
Empezó con un mitin al que fueron invitados delegados comunales, continuó con referentes gremiales en El Cadillal y con el ministro de Vivienda nacional, el kirchnerista Jorge Ferraresi; y prosiguió anoche con una cena en el Hipódromo, organizada por el sector bancario que conduce el diputado Carlos Cisneros, de la que participaron legisladores, concejales y dirigentes de la capital. En el medio, Manzur reorganizó su bloque legislativo Lealtad Peronista y lo expandió hacia los concejos deliberantes.
La idea central del mandatario fue ratificar que la ruptura política con su vicegobernador, Osvaldo Jaldo, está lejos de corregirse.
En rigor, en todos los eventos Manzur dejó entrever su enojo por el resultado de la elección del Defensor del Pueblo en la Cámara. Allí, hace ya casi dos semanas, el jaldismo impuso su mayoría en una alianza con opositores para que Eduardo Cobos sea elegido como ombudsman, pese a la resistencia del manzurismo, que se abstuvo de votar.
“Hoy empieza una nueva etapa en el peronismo tucumano. Acá se trazó una línea. A partir de hoy, hay un peronismo que responde al gobernador y presidente del Partido Justicialista de Tucumán. Se acabó la joda”, cuentan que lanzó en el hipódromo Manzur.
Además, según testigos, trazó una diferencia entre aquellos dirigentes que obraron con mala intención y quienes lo hicieron por equivocación. No obstante, no dio nombres propios.
"No voy a tolerar actos de inconductas partidarias", habría advertido también Manzur en el último encuentro, recordando que durante el macrismo soportó presiones políticas mucho más difíciles de sortear que esta interna con el jaldismo.
Hoy, Manzur estará en Catamarca. Allí, el presidente Alberto Fernández encabezará la cuarta reunión del Consejo Regional del Norte Grande, con la presencia de los mandatarios de la región.