Maia y ‘Bubú’ son las dos caras una misma moneda”

“El caso de la pequeña Maia en Buenos Aires y el de ‘Bubú’ en nuestra provincia son las dos caras de una misma moneda. Ambos casos reflejan el drama social que representan los niños y niñas vulnerables en situación de riesgo y lograron encender las alarmas de la sociedad y del Estado”, aseguró el juez de Niñas, Niños y Adolescentes Federico Moeykens.

- ¿Qué medidas se deben tomar?

- El sistema de protección integral de Niños, Niñas y Adolescentes no distingue entre niños infractores y no infractores. Los niños en estado de vulnerabilidad deben ser una prioridad en la agenda de toda sociedad. En la Justicia, cuando tomamos conocimiento de situaciones de niñez en riesgo, damos inmediata intervención a las autoridades administrativas para que se lleven adelante las medidas excepcionales que requiere cada situación.

- Pero en el caso de “Bubú”, que se filmó haciendo disparos…

- La solución no está en actuar sobre los efectos de las conductas perjudiciales de los niños, es decir esperar a que dañen para actuar, sino sobre las causas que dieron lugar a que se generen esas conductas. Hablamos de pobreza, exclusión, discriminación, maltrato adulto, deserción escolar y consumo de drogas, entre otros. Este es el punto central y el denominador común que tienen en común los dos casos que sucedieron esta semana en los cuales aparece a las claras la niñez en estado de hipervulnerabilidad. En el caso del niño manipulando un arma debe comenzarse por evaluar las causas que motivaron el hecho y proceder a su abordaje efectivo y concreto en el contexto y territorio donde se originaron. Ello permitirá evitar en el presente no solo niños víctimas y que en un futuro posiblemente se conviertan en victimarios, sino además, prevenir futuras conductas transgresoras que solo llevarán a neutralizar al niño infractor desdichado en una cárcel, generando “pan para hoy y hambre para mañana”.

- ¿Cómo se soluciona este drama social?

- Entiendo que pasa por fortalecer y eficientizar políticas públicas, dispositivos y acciones concretas para poder paliar estas situaciones de riesgo y extrema vulnerabilidad que exhibieron los casos en cuestión, atendiendo al interés superior de esos niños. Pero no basta con ello. También es necesario que la sociedad se involucre de manera comprometida y solidaria al tomar conocimiento de que un niño o niña está en estado de riesgo y lo ponga inmediatamente en conocimiento de las instituciones para que se logre un abordaje efectivo y a tiempo. No debemos perder de vista, que los niños son ciudadanos que tiene derecho a una protección especial y no “menores” que a veces aparecen como víctimas y otras veces como transgresores.