16 Marzo 2021
RAFAEL REARTES. El matricero produce en una figura de He Man.
Cuando Ezequiel Fonsalido todavía era un niño, y conocía sin conocer a Rafael Reartes, comenzó su fascinación por ciertos muñecos en especial: la línea de colección He Man. “La característica de He Man es que tenés seis o siete figuras que son de lo más difícil de conseguir, por ejemplo Kobra Khan camuflado, que es una producción original de Argentina, que Mattel no sacó en ninguna otra parte del mundo, y eso hace que sean muy valiosas”.
Además -advirtió- el país tiene la cantidad de variantes más grande a nivel internacional de la línea de juguetes He Man, el mejor plástico de producción, y hasta generó -por faltante de insumos- figuras nuevas e inéditas: “han salido figuras con otro tipo de brazos o de piernas, y eso le ha dado una variante para que sea una figura difícil de conseguir a nivel mundial”.
Otras de las líneas más buscadas por los coleccionistas, y que más se valoran en el mercado, son la de Tortugas Ninjas, G. I. Joe y Transformers (generación 1 y 2), que son las más características de los 80’ y principios de los 90’, según Fonsalido.
En cuanto a qué hace que una pieza sea de colección o no, Fonsalido afirmó que eso depende del criterio y la pasión que le genera al coleccionista. Es decir que no hay una norma para guiarse a la hora de coleccionar, aunque el patrón suele ser la exclusividad o escasez de la pieza. “Entonces creo que pasa por ahí, que el valor es la escasez que tiene esa pieza, que la hace difícil de conseguir“.
Esta carencia de juguetes de colección, sin embargo, genera también que los costos se eleven y alcanzan cifras que, para algunos, terminan siendo excesivas. Es por esto que Reartes y Fonsalido estuvieron en Tucumán y se dedican a la producción de figuras, para abaratar los costos y hacer que los muñecos lleguen a más consumidores sin que estos deban pagar precios altísimos que arrancan desde los $ 3.000 y en ocasiones superan los $ 50.000 en las plataformas de compraventa online.
“Vendemos los juguetes a un bajo costo y eso es una ventaja para todo el ambiente. Son más baratos porque son de producción nacional y porque no es necesario hacerse millonario por la venta de una figura. Nuestra idea es vender en cantidad en todo el país y en el exterior. Respetar el bolsillo del comprador es fundamental y una figura de este tipo no puede valer más de $ 3.000 nunca, hay que terminar con el remarcado de precios de aquellos que abusan de los compradores”, expresó.
El mundo del coleccionismo es vasto, numerosas personas se dedican a esta actividad en todo el mundo y las redes sociales permiten que exista una especial camaradería entre los que forman parte del ámbito de la colección.
“A través de la apertura de mi canal en Youtube que tengo relación con gente de Colombia, Venezuela, Costa Rica, México, Chile, Perú, de todo”, dijo Fonsalido. Incluso, también se relaciona con personas no hispanohablantes como brasileños y estadounidenses, y con algunos del viejo continente, especialmente de España.
Esta hermandad internacional es lo que más valora Fonsalido de la actividad: “lo más positivo es hacer amigos, a veces por hablar de un objeto en particular terminás siendo amigo del otro. Es un ambiente muy lindo, a veces se coleccionan más amigos que figuras”.
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