Hace unos días, una foto de la jugadora de básquet Antonella González durante el entretiempo de un partido de la Liga Femenina, se viralizó. Es que, en la imagen, se veía a la deportista sentada en una silla, al costado de la cancha, dándole de amamantar a su bebé de 11 meses.
Las fotos fueron dadas a conocer por la Confederación Argentina de básquet quienes –en su cuenta de Twitter- resaltaron el desempeño de González en la cancha y cómo se complementó con su rol de mamá en el descanso, según dijeron. Ella se mostró sorprendida por la reacción de la gente y mencionó que la alegraba que se visualice algo así, dejando a su vez un mensaje de aliento para todas las mamás recientes: “que esto sirva para aquellas mamás indecisas, para que crean que sí se puede”.
Si bien, es positivo que se viralice -con el objetivo de normalizar- una situación tan natural como la que pasó esta jugadora, es inevitable preguntarse por qué aún resalta. La imagen de una mamá siendo mamá; tomándose su tiempo para atender a su hija; terminando con lo suyo -sin dejarlo de lado- para atender la necesidad de su bebé, es algo que no debería sorprendernos ni mucho menos alertarnos. Es claro que el contexto deportivo donde se dieron las imágenes es el 80% de la razón y que, independientemente del género, la foto hubiese tomado la misma notoriedad si el protagonista era el padre, pero ¿los comentarios habrían sido los mismos?
Como todo, cada vez que llega a las redes sociales una situación de este estilo -más aún si la lleva a cabo una mujer-, hay personas que apoyan y otras que se resguardan detrás de la pantalla para hacer comentarios negativos. En la misma semana que se publicó la foto de González, el cuerpo y el accionar de otras dos mamás famosas se puso en tela de juicio. Seguidoras y seguidores de la actriz Juana Repetto y de la modelo Zaira Nara las criticaron por la crianza de sus hijos y por cómo mantenían su cuerpo. Repetto salió a responder que estaba podrida de las críticas y que la mayoría de ellas provenían de personas del mismo género, quienes le decían que estaba excedida de peso a pesar de estar embarazada. En la foto se la veía junto a su hijo mayor y luciendo su panza en la pileta. Nara compartió un retrato con su bebé más chico en el sillón, mientras lo amamantaba y sus seguidores resaltaron que no tenía necesidad de publicar fotos alimentando a su hijo.
Hace no muchos años atrás, también, el tema de la lactancia se discutió luego de que algunas mamás fueran fotografiadas en la vía pública alimentando naturalmente a sus hijos. Y la pregunta vuelve a ser: ¿por qué? ¿Por qué las mujeres deben esconderse para alimentar a sus bebés? ¿Por qué una mujer tiene que exponerse a las críticas en un acto tan natural? ¿por qué molesta? ¿por qué avergüenza? ¿por qué resalta?