LA PAZ, Bolivia.- La ex presidenta interina de Bolivia Jeanine Áñez, detenida y acusada de promover un golpe de Estado contra el ex mandatario Evo Morales, se defendió diciendo que asumió el cargo porque hubo renuncias en los altos mandos del Ejecutivo.
“No hubo golpe de Estado sino una sucesión constitucional. Yo asumí la presidencia por las renuncias que hubo’’, declaró Áñez a la prensa. Las fuerzas de seguridad la encontraron escondida en el baúl de un sommier y ya circulan sus primeras imágenes tras las rejas.
La Fiscalía general de Bolivia pidió la prisión preventiva por seis meses de Áñez, detenida el sábado en Trinidad, capital del departamento amazónico del Beni. Como Áñez fueron detenidos también en Trinidad sus ex ministros de Justicia, Álvaro Coimbra, y de Energía, Rodrigo Guzmán, y todos fueron trasladados en avión a La Paz, para ser interrogados por la Fiscalía.
La Fiscalía argumenta que de estar libres los imputados, existe el peligro de fuga porque podrían salir del país, pero también podrían influir en otros implicados o testigos.
El requerimiento, que debe ser resuelto por un juez cautelar en el curso de las próximas horas, incluye a los ex ministros Álvaro Coímbra y Rodrigo Guzmán, para quienes se solicita la detención en una penitenciaría, informó el diario “El Deber”.
“Esto es un atropello -denunció al ser arrestada-. Como ex mandataria tengo derecho a un juicio de responsabilidades”. Los principales partidos opositores, que niegan que haya habido un golpe de Estado en noviembre de 2019, condenaron la detención y exigieron que Áñez sea juzgada por el Parlamento y no por tribunales ordinarios.
El ministro de Justicia rechazó acusaciones de Áñez de “persecución política”, dijo que el proceso se ajusta a derecho y que a la ex presidenta y ex senadora le corresponde un juicio ante un tribunal ordinario.
La ONU, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) pidieron que se respeten las garantías del debido proceso y se dé transparencia a todos los procedimientos legales.
Áñez asumió la presidencia en noviembre de 2019, tras la dimisión de Morales, en medio de una fuerte convulsión social luego de que opositores denunciaran un fraude en las elecciones del mes anterior, en las que Evo había resultado reelecto para un cuarto mandato. Las denuncias de fraude desataron protestas en las calles y motín policial, y en medio de esta convulsión, las Fuerzas Armadas le hicieron a Morales, en el poder desde hacía 14 años, la “sugerencia” de dimitir.
Morales, del Movimiento Al Socialismo (MAS) salió exiliado a México, se trasladó un mes después a Argentina como refugiado y volvió a su país en noviembre de 2020, tras la elección presidencial que ganó Luis Arce, su ex ministro de Economía.
Áñez está detenida en las celdas de un cuartel de la Policía y fue trasladada por unas horas a la Fiscalía, pero se acogió al derecho al silencio y fue devuelta a la unidad de los uniformados.
La detención de Áñez motivó que el Alto Representante de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, dijera desde Twitter que “las acusaciones por los hechos de 2019 deben resolverse en el marco de una justicia transparente y sin presiones políticas”.
Stéphane Dujarric, vocero del secretario general de la ONU, António Guterres, pidió mantener las garantías del debido proceso y la plena transparencia en todos los procedimientos legales”.
La subsecretaria interina para el Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos, Julie Chung, pidió ayer por Twitter que Bolivia defienda todos los derechos civiles y garantías del debido proceso de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y los principios de la Carta Democrática Interamericana.