Accidentes de tránsito
LA GACETA (28/02) publicó que el municipio de Yerba Buena implementó medidas para hacer cumplir los límites de velocidad de los vehículos. El exceso de velocidad es uno de los graves problemas de la seguridad vial; lo demuestran las investigaciones realizadas internacionalmente. Concluyen: que el aumento de un Km/h en la velocidad de una vía, aumentan en un 5 % las lesiones graves y en un 7 % los accidentes fatales. Influye en: 1) La distancia de reacción del conductor: es la que recorre hasta que decide pisar el freno 2) La distancia de frenado: que es el recorrido del vehículo desde el instante en que se opera el freno hasta que se detiene. 3) La distancia total de frenado: suma de las dos anteriores. Estas aumentan si las cubiertas, los frenos y el pavimento están en mal estado. Además, el conductor, los pasajeros y el vehículo que circula, tienen energía cinética, la que aumenta con el cuadrado de la velocidad, se transforma en trabajo y se disipa en otras formas de energía, cuando hay choque o colisión. Se cumple así, una de las leyes de la Física: Conservación de la Energía. Este trabajo es el que deforma y aplasta el vehículo, daña y destruye la estructura física y los órganos internos de las personas afectadas por el accidente (partes óseas, riñones, hígado, pulmones, etc.). Las velocidades máximas, están indicadas en la ley nacional de Tránsito 24.449. En zonas urbanas, en las calles es de 40 Km/h y en avenidas de 60 Km/h. Tener un choque o una colisión a 60 Km/h equivale a caer desde una altura de 14 metros y a 100 Km/h, es como hacerlo desde los 40 metros. La velocidad mata y las leyes físicas son implacables con quienes las violan. La prevención, que se adquiere con educación, es la mejor arma para evitar los infortunios viales.
Juan Francisco Segura
Quema de libros
Repudio totalmente la actitud de muchas librerías argentinas de no querer vender el libro de Macri y de llamar a quemar libro de la escritora Beatriz Sarlo. Es peligroso para la democracia, algo que la humanidad vivió hace casi 100 años con el régimen fascista de Alemania e Italia previo a lo que fue la Segunda Guerra Mundial. Soy apolítico, no represento a ningún partido político, lo que me llama a escribir es mi deber de ciudadano argentino, de ser uno de las tantas personas que quieren paz en Argentina y acabar con esta perversa grieta que hace años está destruyendo los anhelos de libertad de un pueblo. El fanatismo de los kirchneristas y el resentimiento de los opositores no llevan a ningún progreso, sólo a seguir estancados y mal como estamos en todo aspecto sobre todo como sociedad, ya que perdimos los valores y ética hace varios años. Cada uno es libre de leer el libro que desee, y las librerías deben venderlo como se vendió Sinceramente de la ex presidenta Fernandez de Kirchner, pero llamar a boicotear el libro del ex presidente Macri y de la escritora Sarlo no tiene significado democratico sino intolerancia política y sentido tirano. ¿Hasta dónde se llegará con todo esto? Un país así jamás saldrá adelante si no hay unión y se termina todo esto, lo mismo que agarrar a pedradas al Presidente y al ex ministro Ginés que tuvo que salir de un bar antes de ser agredido. La Justicia será la encargada de sancionar a estas personas por sus delitos de corrupción, pero la gente debe tener un límite que no funciona porque las instituciones tampoco deberían hacer lo que les compete. La democracia está en peligro con estas actitudes y recuerdo mucho que esto se vivió en la década del 70. Corrió mucha sangre en el país en esos momentos. Cuidemos lo que tanto costó recuperar y cada uno es dueño de leer el libro que quiera, la censura jamás logró nada, al contrario logra, de que se venda en forma clandestina las cosas y es algo peor. La obra Fahrenheit 451 de Ray Bradbury demostró lo que un régimen totalitario hizo en su nombre distópica extraordinaria sobre quemas de libros y censuras. Recomiendo leerla.
Fernando Esteban Saade
Presencialidad docente
Docentes que trabajan en escuelas con condiciones mínimas es histórico. La prioridad era sacarlas adelante. Mantenimientos de instalaciones, como la casa propia, llevados a cabo con bingos, loterías, fiestas, cooperadoras, etc. realizadas, a lo largo del año, a medida de lo que “surgía” (baños, vidrios, puertas, etc.). Ingresos y gastos divididos, luego de complejas negociaciones, entre establecimientos que comparten turnos. Disimulaban precarias instalaciones. Interesaba un objetivo: la enseñanza - aprendizaje. El año 2020 dislocó ese equilibrio. Las faltas de cuidados afloraron a la superficie. “La riesgosa imprevisión con los edificios escolares” conceptualizó LA GACETA. La previsión, en realidad, era docente frente a las “monedas” del aprestamiento. Se salía airoso. Sobresale, hoy en el 2021, una distinta y predominante condición escolar. La pandemia. Tiene una única previsión: la vacuna. Sin ella es letal para la salud y vida docente. No puede, a diferencia de las anteriores, enmendarse. La presencialidad sin vacuna, con el peor o mejor protocolo escolar, es inviable. ¿Razones? La escuela, en primer lugar, no puede evitar la aglomeración y el autocontrol. Lo salarial es la otra condición docente. Equivalente a 75.000 pesos para el cargo testigo jornada simple actualizado con cláusula gatillo. “En Tucumán un docente percibe $ 41.014” (LA GACETA) extraídos de los $ 2.700 millones que Nación dará a la provincia se puede pagar hasta fin de año. El salario, como las instalaciones, se dislocó a partir de un básico congelado desde septiembre del 2019. La condición docente, por último, es humana. “Siempre había pensado que es bueno para uno morir de su muerte, de una muerte que se asemeje a su vida. Y morir es pasividad, pero matarse es acción”. (André Malraux)
Pedro Pablo Verasaluse
No es el caso
“No es el caso”, manifestó el gobernador Manzur refiriéndose a uno de los Gandur que se desempeña en el Gobierno provincial al conocerse su vacunación fuera de las disposiciones oficiales emitidas. Ahora bien, ¿en qué se diferencian los señores Gandur (los cuatro hijos del funcionario del Siprosa) de aquellos que recibieron la vacunación VIP en el orden nacional? ¿No fueron inoculados ellos también como VIP? ¿No usaron prerrogativas de los funcionarios del Siprosa para vacunarse? La Ministra de Salud, que ayer se descubre (LA GACETA 13/3) es parienta (prima) de la suegra de uno de los Gandur, ¿desconocía a quienes se vacunaba por fuera de las disposiciones que se habían dictado y que fuera partícipe ella? ¿No resulta relevante el hecho que la señorita Gandur quien se desempeña en la Delegación de Tucumán en Capital Federal se haya trasladado desde allí a Tucumán para ser vacunada lo que evidencia preferencia y denota un caso VIP? Creo que el Gobierno debe tomar las medidas para castigar aquellos que no cumplieron con las disposiciones que eran para todos arto conocidas. Esto como ejemplo del accionar de un Gobierno que dice velar por la salud de los tucumanos, ¿irónico no?
Juana M. Farías