Profundo pesar causó en distintos ámbitos de la vida social, productiva e industrial de Tucumán el fallecimiento de Nilda Jorge de Calliera. Comprometida con causas benéficas, Nilda ha sido una activa dirigente de la Sociedad Rural de Tucumán, la entidad que reconoció en su momento que la familia Calliera ha sido una de las protagonistas relevantes de las últimas tres décadas de la Rural. Junto con su esposo Aldo Calliera, en la década de 1970 instalaron una embotelladora, hasta el fallecimiento de Aldo. Posteriormente diversificaron sus negocios hacia el sector agropecuario. El Grupo El Azul, de los Calliera, cuenta entre otros emprendimientos la estancia de ese nombre, Aguas del Azul, negocios vinculados con las semillas y el Parque Industrial Tucumán, además de emprendimientos propios de cada uno de los integrantes de la familia.
La partida de la señora Nilda Calliera nos despierta una profunda tristeza a quienes formamos parte de la Sociedad Rural de Tucumán, no sólo por sus condiciones personales sino por el valor inconmesurable que tuvo su vida dentro de la SRT, recordó la comisión directiva de la entidad. "Pionera e impulsora, supo ganarse el afecto y la admiración de quienes compartimos con ella muchos años de trabajo. El trabajo desinteresado y su visión sobre el futuro nos hizo crecer a todos los que tuvimos la oportunidad de compartir con ella este ámbito y muchos otros. Supo ver nuestra institución a largo plazo, proyectando siempre para adelante, es así que fue la impulsora y protagonista de grandes obras que hasta hoy perduran en nuestro predio", continuó el comunicado emitido por la institución que preside Sebastián Murga.
Fue la primera mujer en formar parte de la Comisión Directiva, y sin duda alguna, marcó con su sello personal innumerables proyectos que concretamos. Solía estar siempre pendiente de los más pequeños detalles hasta las cosas más relevantes. Su generosidad sin límites fue volcada no sólo en esta Entidad sino que supo trasladarla a diversas organizaciones benéficas en las que tuvo un rol activo. Su gran capacidad para trabajar con sus pares y guiar equipos la llevó a ganarse el respeto y admiración de quien se cruzaba en su camino. El mérito era algo que la acompañaba en cada paso que daba. "Nilda Calliera nos enseñó con su vida a sobreponernos y enfrentar cada desafío que el camino nos planteaba", se la recordó.
“Siempre tuve la imagen de mi madre, la veía subirse a un camión y partir al campo, teniendo largas jornadas de trabajo fuera de casa. Para mi, eso era la normalidad. Crecí a la luz de una mujer con un rol fuerte en la familia y en el trabajo”, fueron sus palabras en la Revista que publicó la SRT en 2018. Quizás eso explica un poco lo que fue su vida.
Nuestro compromiso y de todo el sector agropecuario será seguir su legado, un legado cargado de compromiso, diplomacia, generosidad y visión de futuro, indicó la rural.
Quienes estuvieron cerca de ella la recuerdan como una mujer de amplia generosidad y amiguera, que solucionaba desde los pequeños hasta los más grandes problemas que se les planteaban. Siempre ligada a las entidades benéficas, algunas de las personas que integraron asociaciones de ayuda social recordaron un cumpleaños de Nilda, en el que ella había solicitado a todos sus invitados que realizaran una donación para contribuir a la mejora de la situación de vastos sectores sociales, abriendo una cuenta corriente bancaria a tal fin. Ese era su mayor regalo, según describió en esa oportunidad.
Durante años batalló con una larga enfermedad, pero luchaba para estar presente en todos los lugares y en cada acto benéfico que solicita su presencia.
En abril de 2018 padeció un duro golpe emocional, con el fallecimiento de dos de sus cinco hijos, José y Álvaro Calliera, en un accidente aéreo en la zona de El Naranjo. “Nilda -para todos ‘Nuestra Nilda’- fue el sostén del renacer de la Rural, de la vuelta a las exposiciones, la impulsora de las obras y refacciones, incansable, visionaria, formadora de muchos de los que hoy seguimos sus pasos en la entidad, Aldo entre ellos -el mayor de todos- Directivo de nuestra Mesa, Socio y asiduo asistente a las actividades de la Rural”, había escrito en esa oportunidad la Rural, como un modo de acompañar la inmensa pena de una de sus dirigentes.