"Kiricocho": la maldición atribuida a Bilardo que hace furor en el fútbol de Europa

El folclore del fútbol le atribuye la expresión al ex DT de la histórica Selección Argentina que ganó el Mundial de 1986, Carlos Salvador Bilardo. El grito con esa "maldición" es habitual en las canchas del país -sobre todo en Buenos Aires-. Pero ahora el "kiricocho" hace furor en las canchas de Europa. 

En uno de los cruces de esta semana por los octavos de final de la Champions League, Borussia Dortmund de Alemania recibió en su estadio al Sevilla de España, equipo que Bilardo dirigió luego del subcampeonato del mundo en Italia 90. A los 54' de partido, el árbitro dio un penal a favor de los germanos. La nueva estrella del fútbol mundial, el noruego Erling Haaland, tomó la pelota y se hizo cargo del disparo. Pero antes de volarse, el arquero Yassine Bounou, nacido en Marruecos, lanzó la exclamación adjudicada al "Doctor": "¡Kiricocho!". En principio, el grito parecía haber hecho efecto, ya que Haaland falló el penal. Sin embargo, el referí anuló la jugada y ordenó que se repitiera la ejecución. Entonces, sí, el joven delantero anotó. Y, en su descargo, le devolvió la expresión al golero: "¡Kiricocho!".

"No tengo ni idea de lo que le grité, le dije lo mismo que me había dicho él. No sé qué significa", aseguró Haaland después del partido.

¿Cómo nació esta palabra? A inicios de los 80, Bilardo era DT de Estudiantes de La Plata. Cuentan que el "Doctor" se enteró de que había un hincha apodado "Kiricocho" con un triste récord: cada vez que iba a ver un entrenamiento del "Pincha", un jugador se lesionaba o sucedía alguna desgracia. Entonces, Bilardo -caracterizado por sus insólitas cábalas- resolvió pedirle al fanático que se encargara de recibir a los rivales que visitaran La Plata. Estudiantes salió campeón de aquel Metropolitano, en 1982, y cuentan que el "Pincha" sólo perdió un partido como local, ante Boca, cuando "Kiricocho" no pudo acercarse al plantel auriazul. Desde entonces, el "Doctor" tomó la costumbre de mencionar al hincha para transmitirle la mala suerte al rival.