Las ventas en los súper dan batalla a la crisis

Hace exactamente un año, durante la segunda semana de marzo de 2020, el nerviosismo comenzó a tomar las calles. El coronavirus se acercaba y cada vez más países entraban en cuarentena. Ante el temor a lo desconocido y la incertidumbre, gran parte de la población sintió la necesidad de abastecer sus alacenas. Algunos, incluso, lo hicieron en demasía. La inminencia de las restricciones sanitarias aceleró el proceso, que ocurrió a lo largo y a lo ancho del mundo. En ese contexto, las ventas en los supermercados se dispararon. Se mantuvieron en alza durante unos meses, luego cedieron y finalmente se estabilizaron. ¿Entonces, en términos económicos, fue un año bueno o malo para el sector?

Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), en diciembre de 2020 las ventas subieron 2,6% respecto al mismo mes de 2019. El dato es a precios constantes de diciembre de 2016 e implica un total de $ 29.929,5 millones. En marzo, el incremento interanual llegó al 9,6% y fue el mayor del año. Si se toma el acumulado de 12 meses de 2020, a precios constantes las operaciones fueron por $ 291.4768,1, lo que significó un incremento de 0,8% sobre lo registrado en 2019 (la cifra fue de -9,7% entre aquel año y 2018).

El año pasado, en seis meses los números fueron negativos: enero, junio, agosto (tuvo la caída más pronunciada, con -5,6%), septiembre, octubre y noviembre. En contraste, en 2019, las variaciones porcentuales con respecto al año anterior estuvieron debajo de cero en todos los meses.

Guillermo Saccomani, titular de la Cámara de Supermercados y Autoservicios de Tucumán, sostiene que en 2020 hubo grandes vaivenes en la provincia. “Al inicio de la pandemia, el consumo creció muchísimo. Marzo, abril y mayo de 2020 fueron meses con numerosas ventas. Desde junio comenzaron a descender y volvieron un poco a los niveles normales. Hubo meses, como noviembre, en los que las bajas fueron considerables. Ya en diciembre, por estacionalidad, repuntaron un poco”, repasó en diálogo con LA GACETA.

El balance coincide en gran parte con el último informe del Indec, que encuesta a supermercados y autoservicios mayoristas de todo el país. “La incertidumbre fue enorme y aún lo es. En algún momento hubo faltantes puntuales por problemas de producción: algunas fábricas trabajaban al 50% por inconvenientes con el personal”, explicó Saccomani.

Precios y controles

¿Cómo ha incidido el programa oficial Precios Máximos en Tucumán? Saccomani advirtió que en los últimos meses se produjeron algunos faltantes ya que “las empresas alimenticias no quisieron entregar ciertos productos porque no les convenía salir con los precios establecidos por el Gobierno”. “Aducen que no tienen margen suficiente de rentabilidad para trabajar con listas de precios obsoletas”, puntualizó.

Sin embargo, el titular de los supermercadistas insistió en que los faltantes han sido “puntuales” y que no se trata de una situación de desabastecimiento generalizado. Algunos de los productos que más subas han acumulado en el último año -especificó- fueron la yerba, el arroz, frutas y verduras, y bebidas alcohólicas. “En muchos casos las productoras dicen que son aumentos, pero quitan bonificaciones y termina impactando en el precio”, detalló.

Saccomani destacó que pronto se conocerá en Tucumán el impacto de la Ley de Góndolas, que prevé que una misma marca no pueda ocupar un espacio superior al 30% en los estantes de los supermercados. “Ojalá cree cierto equilibrio en la competencia. Debería favorecer a las fábricas regionales y a la generación de empleo. Veremos cómo se dan los controles”, manifestó.

Raúl Ostengo, copropietario de un supermercado online que comenzó a operar el año pasado en Tucumán, alertó que “los precios suben todo el tiempo”. “Los proveedores enmascaran los aumentos no permitidos (por precios cuidados, con concepto tales como costos de entrega), con lo que te sobrefacturan un 3%”, describió. “Nuestras ventas crecen mes a mes, pero es por la cantidad de clientes que se suman a la opción online”, añadió.

El empresario observó que las marcas cambian su presentación “para escaparse de los acuerdos el Gobierno”. “Con una inflación proyectada por arriba del 40%, es difícil no ajustar”, reconoció y aseveró que hay problemas de stock justamente con aquellos productos que se encuadran en los programas oficiales. “Las presiones afectan a toda la cadena; ya lo vivimos”, sentenció.

“Notamos más cuidado del cliente en el consumo de carnes. Los últimos aumentos lo hacen un producto premium. Sugiero ahorrar en productos de la cadena básica que se puedan stockear”, finalizó Ostengo.