Van Gogh pintó el paisaje urbano de París

Van Gogh pintó el paisaje urbano de París

Una extraña obra del holandés. Desconocida, comenzó a exponerse para ser vendida el 25.

“ESCENA CALLEJERA EN MONTMARTRE”. El óleo de Vincent Van Gogh, fechado en 1887, se centra en imágenes de la parte campestre del barrio parisino, y evita retratar las clásicas salas de baile o cabarets.
10 Marzo 2021

Los cuervos sobrevolando los trigales en su etapa más oscura o los resplandecientes e iluminados girasoles, su cuarto amarillo y sus autorretratos y retratos. Estas imágenes proliferan en la producción de Vincent Van Gogh. Por eso los críticos hablan de una pintura “extraña” al referirse a la que comenzó a ser expuesta para rematarse el jueves 25 de este mes.

Es una escena callejera de París que se exhibió al público hace 100 años y luego pasó a una colección privada de una familia francesa. Ahora sale al mercado esta obra, pintada en 1887, mientras se alojaba con su hermano Theo en la capital francesa.

La casa de remates Sotheby’s comenzó a pasearla por Amsterdam, Hong Kong y París antes de ser subastada con un valor estimado U$S 6 y 9 millones (aunque se cree que no será vendida a menos de U$S 20 millones).

En “Escena callejera en Montmartre”, la pintura muestra a un hombre y una mujer caminando del brazo junto a una valla destartalada con un molino de viento de fondo. La pintura es parte de una serie que Van Gogh produjo sobre escenas en ese distrito montañoso de París, ahora dominado por la iglesia de Sacre Coeur y en cuyas calles se ubican centenares de artistas.

Cuando el pintor holandés recorría esas calles, la iglesia todavía no estaba concluida y el área era un mosaico de campos, casas y molinos en las afueras de la ciudad, que comenzaba a atraer al artista bohemio con rentas baratas, cuentan las agencias DPA, Reuters y EFE.

Sotheby’s indicó que la pintura había aparecido en catálogos, pero nunca había sido expuesta públicamente. No identificó al propietario actual. En un comunicado, afirmó que muy pocas pinturas del período de Montmartre de Van Gogh permanecen en manos privadas. “La aparición en el mercado de una obra de este calibre, y de una serie tan icónica, es sin duda un acontecimiento importante”, afirma la casa de subasta.

Van Gogh llegó a París en 1886 pero dejó la ciudad dos años después, cansado del ritmo frenético de la vida. Se mudó al sur de Francia, donde se cortó parte de la oreja durante un episodio de enfermedad mental. Más tarde, se pegó un tiro y murió cerca de París el 29 de julio de 1890 (hay versiones que indican que no fue un suicidio, sino que resultó herido en un altercado callejero).

Sobre el recorrido del cuadro desde que Van Gogh lo pintó en 1887, el comisario de la venta, Fabien Mirabaud, especuló que “se lo quedó su hermano Theo; luego pasó por algunos intermediarios desconocidos y antes de 1920 ya estaba en manos de la familia que lo ha poseído desde entonces”. Si bien se eludió dar detalles sobre la identidad de los propietarios, se explicó que una de las condiciones que se puso para la venta fue que se celebrara en París, donde les gustaría que se quedara.

Sobre la escena del cuadro, la directora de Arte Impresionista de Sothebys, Aurélie Vandevoorde, indicó que en aquella época la parisina colina de Montmartre tenía dos partes: “una más urbanizada, con los conocidos cabarets, y una más rural, con huertos, molinos, cobertizos... Esa es la parte que retrató Van Gogh”. El holandés “prefirió mostrar una escena bucólica antes que un retrato de las salas de baile del barrio”, añadió Mirabaud.

“Se trata de un cuadro revolucionario porque incorpora a la obra de Van Gogh los colores claros y los pigmentos vivos. Aquello sentó las bases de su estilo inimitable”, manifestó Etienne Hellman, especialista del departamento de Arte Moderno e Impresionismo en Sotheby’s. La experta Vandevoorde señaló también que “en este cuadro el artista recupera la tradición del paisaje holandés” que usa para pintar Montmartre, un barrio de artistas.

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