Por Luis María Ruiz y Fernando Stanich 09 Marzo 2021
HACE SÓLO UNA SEMANA. Manzur, junto a Jaldo, en la apertura de sesiones de la Legislatura. Foto: prensa HLT
El oficialismo se rompió en dos en la Legislatura tras la designación del ex legislador del jaldismo, Eduardo "Lalo" Cobos, como nuevo defensor del Pueblo. El enfrentamiento entre los espacios justicialistas liderados por el gobernador, Juan Manzur, y por el vicegobernador, Osvaldo Jaldo, tendrá no sólo repercusiones políticas, sino además implicancias en lo institucional. ¿Cuáles son los efectos que podría acarrear la crisis en la relación entre la Casa de Gobierno y la Legislatura?
1) La mesa de autoridades y el orden de sucesión. El gobernador Juan Manzur viaja en misión oficial a Buenos Aires prácticamente todas las semanas. La ausencia del titular del Poder Ejecutivo (PE) genera corrimientos. El vicegobernador Osvaldo Jaldo es quien queda en ejercicio de la jefatura en la Casa de Gobierno. A su vez, el presidente subrogante de la Legislatura, el aliado jaldista Regino Néstor Amado, asume provisoriamente como titular de la Cámara provincial. En caso de que Jaldo o Amado también estén fuera de Tucumán, se activa la cobertura de sus cargos a partir de las vicepresidencias 1° y 2° del Poder Legislativo, donde se desempeñan el referente manzurista Gerónimo Vargas Aignasse y la bussista Sandra Orquera, respectivamente. En los pasillos de calle Muñecas al 900 ya se habla de una renovación en la mesa de autoridades. Y esta "movida" en sí misma ya genera una controversia, dado que la elección interna para confirmar o renovar "la mesa" debería haber tenido lugar en octubre pasado, al cumplirse un año de gestión. Pero en un sector del jaldismo aseguran que, precisamente por no haberse producido esa votación, las actuales autoridades se encuentran con el mandato vencido. Por supuesto, la intención de los legisladores afines al tranqueño es posicionar una conducción que responda al vicegobernador, quizás con algún espacio destinado a obtener el apoyo de un sector de la oposición.
2) El escenario de la próxima batalla entre manzuristas y jaldistas será en el PJ. Este año los tucumanos eligen tres senadores nacionales (dos por la mayoría, uno por la minoría) y cuatro diputados nacionales. Hasta el momento, se daba por sentado que Manzur y Jaldo iban a consensuar la conformación de las listas del justicialismo. Tras la ruptura en la Legislatura, la dinámica entre el gobernador y el vicegobernador no será igual. ¿Habrá internas para definir las nóminas en el PJ?
3) Se acabó la mayoría absoluta de un único signo. El bloque "Lealtad Peronista", conformado por los manzuristas Vargas Aignasse, Sergio Mansilla y Eduardo Bourlé, entre otros, contabiliza 11 votos sobre 49 posibles. De esta forma, la Casa de Gobierno perdió el lugar como primera mayoría parlamentaria. El jaldismo, con 22 escaños, quedó como el espacio con más votos. De todos modos, el vicegobernador tampoco cuenta con mayoría absoluta. Por ello, unos y otros deberán acordar con la oposición si quieren avanzar con una ley que no tenga consenso legislativo. El bussismo quedó con seis de sus ocho votos originales (Juan Rojas y Paulo Ternavasio fueron echados tras la sesión de ayer y por el momento están sin bloque). El alfarismo contabiliza tres bancas; el alperovichismo, dos; y completan el cuerpo parlamentario dos radicales (escindidos en sus respectivos "unibloques") y un representante de Libres del Sur.
4) Una nueva dinámica en las "cocinas" de la Legislatura. La ruptura entre Manzur y Jaldo abre un nuevo escenario en el ámbito de las comisiones internas de la Cámara provincial. Al ser un cuerpo legislativo unicameral, el tratamiento preliminar de los proyectos y la elaboración de los dictámenes (a favor o en contra) cobra especial preponderancia. Las principales comisiones (Asuntos Constitucionales, Legislación General, Hacienda y Peticiones y Acuerdos) están en manos del jaldismo. Pero el manzurismo administra también equipos de trabajo estratégicos, como Seguridad y Justicia, Salud Pública y Juicio Político. En cada caso, además, los asuntos que llegarán al recinto se definirán según la cantidad de votos que tenga cada espacio dentro de las comisiones.
5) Dos opositores y una propuesta de contención. La decisión de los republicanos Rojas y Ternavasio de apoyar a Cobos en la votación por la Defensoría del Pueblo les costó la expulsión del bloque bussista, que había resuelto no bajar al recinto. El reglamento interno de la Legislatura establece que, en caso de escisión en una bancada, se necesitan al menos tres legisladores para conformar un nuevo bloque. Así, Rojas y Ternavasio por el momento no pertenecen a ninguno de los espacios políticos con participación en Labor Parlamentaria. Ante este escenario, en el jaldismo están trabajando en la propuesta de una alianza política para estos opositores. Una posibilidad es que el legislador ultrajaldista Javier Morof se sume a ellos, generando un espacio integrado por "ex FR" que estén abiertos a posibles acuerdos políticos con el bloque que responde al vicegobernador. Por el momento, Rojas aclaró que se mantiene en la oposición.
6) Una batalla que aún no tuvo final. La Defensoría del Pueblo cuenta con un nuevo titular, el ex legislador del jaldismo Eduardo Cobos. Pero resta que se cubran las oficinas de los dos defensores adjuntos, potestad que la ley 6.644 delega al propio ombudsman. Se espera que el primero sea un dirigente del espacio del vicegobernador, aunque todavía no han trascendido nombres. En tanto que estaría todo dado para que la contadora pública nacional María Emilia Saab, quien integró la terna junto a Cobos y a Mario Koltan, sea designada como segunda adjunta. Según fuentes del oficialismo, el arribo de la sobrina del dirigente universitario Hugo Saab formaría parte del acuerdo político con la Unión Cívica Radical. Los votos de los legisladores José Canelada y José Ascárate fueron una de las claves en la estrategia del jaldismo para imponer a Cobos en la repartición de Balcarce primera cuadra.
RADICAL. El legislador José María Canelada.
7) Adiós -por ahora- a la chance de una alianza Jaldo-Alfaro. Siempre se habló de ello como una posibilidad latente. Pero en el espacio del vicegobernador consideran que el intendente de San Miguel de Tucumán no viene mostrando signos de que pueda haber una alianza. Y eso los ubica, al menos por ahora, en la vereda de enfrente. El alfarismo ya se había expresado en contra de la destitución del ex juez Enrique Pedicone en el Jury de Enjuiciamiento. Y en la sesión de ayer, cuando hubo que medir fuerzas con el manzurismo, los cuatro legisladores alineados al líder del PJS decidieron no bajar al recinto. "Alfaro es el gran perdedor hoy", lanzó ayer Jaldo tras la designación de Cobos como ombudsman.
8) La disputa se traslada al interior. El gobernador Manzur apoya buena parte de su gestión en lo político sobre la labor del ministro del Interior, Miguel Ángel Acevedo. Precisamente, uno de los "fuertes" en la estructura del vicegobernador Jaldo está en los municipios y las comunas rurales de la provincia, donde tuvo especial preponderancia durante su gestión como antecesor de Acevedo. Además, son numerosos los casos de legisladores del jaldismo que basan su tarea política en "territorios" del interior. El quiebre en la relación entre Manzur y Jaldo podría trasladarse a las administraciones locales, y a su vez tener réplicas en la Legislatura, donde son inciertos -pero sin dudas numerosos- los cargos destinados a la "contención política" para dirigentes de municipios y comunas rurales.
9) Derivaciones en la interna radical. La decisión de los radicales Canelada y Ascárate de darle su apoyo al jaldista Cobos para ombudsman abrió un flanco para las críticas dentro de la interna de la UCR. Dirigentes del espacio que lidera el intendente Mariano Campero (Yerba Buena) ya lanzaron cuestionamientos en contra de la postura adoptada por estos legisladores, que responden directamente a la senadora Silvia Elías de Pérez y al diputado José Manuel Cano. En el entorno del jefe municipal de la "Ciudad Jardín", además, valoraron que el bloque bussista no haya bajado al recinto para participar de la votación por la Defensoría del Pueblo.
10) Las designaciones cruzadas, una amenaza latente de más fuego cruzado. La designación de dirigentes y de allegados a modo de "contención política" es una característica en la estructura de los distintos niveles del Estado. La relación de concordia entre la Casa de Gobierno y el Poder Legislativo había dado lugar a que ambos espacios "cruzaran" designaciones de empleados y de asesores, ya sea mediante nombramientos o mediante adscripciones. El quiebre político en la conducción genera expectativas en esas bases, ante el riesgo de que la crisis entre el manzurismo y el jaldismo sume nuevos capítulos y derive en un eventual "pase de facturas".
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