“Hay muchos ataques a la gente, a la comunidad del sector privado, cuando hay acciones u omisiones del sector de la administración pública que no son tenidos en cuenta. Hay que advertirlos, hacer una defensa férrea. Para todo lo que se paga de más hay que buscar una defensa y la claridad que cualquier Defensoría del Pueblo debe tener”. En esos términos Eduardo Cobos trazó ayer, a grandes rasgos, algunos de los líneamientos para su gestión como ombudsman.
“Merecemos una administración basada en el diálogo, buscando buenas relaciones con todos los organismos. El diálogo y la buena relación valen más que una medida cautelar”, sostuvo.
Habían pasado pocos minutos de su consagración como defensor del Pueblo y en su primer contacto con la prensa, precisamente, el grueso de las consideraciones estuvo vinculado con la interna oficialistas que se desató en torno de su elección.
“Lo de hoy es anecdótico: hay quien votó, gente que se abstuvo y gente que dijo ‘negativo’. No sé qué es ‘negativo’. Claramente se ve que tal vez hubo presión en algún sector”, enrostró el flamante funcionario.
El “pase de facturas” del ahora ex legislador oficialista no quedó allí. “Por mi parte, nunca pedí tener este cargo. Un grupo de legisladores importantes del sector del peronismo impulsaba esto. Después me dijeron que participe. Y muchos de los que hoy dieron ‘negativo’ me mandaron mensajes de apoyo, y en los últimos dos o tres días no sé qué pasó. Después de esta reunión hubo algunos cambios, pero gracias a Dios se dio. Teníamos unos nervios lógicos: los de conseguir los números necesarios. Voy a tratar de hacer lo mejor que se pueda, pensando en que ya no tengo una camiseta partidaria”, manifestó.
“Siento mucho dejar de ser legislador: me gusta mucho esa actividad. Acepté este desafío y la mayoría de los votos han sido del oficialismo: no entiendo los ‘negativos’, pero tienen derecho por la libre actuación de la democracia”, subrayó.
“Más unidos”
Cobos también reivindicó el papel del Poder Legislativo por haberlo consagrado defensor del Pueblo aún a pesar de la oposición de la Casa de Gobierno.
“Gracias a Dios funcionan los sistemas: funciona el hecho de la independencia del voto. Si no fuese así, se diría que la Legislatura es una escribanía, cuando hoy cada uno vota por lo que quiere. Ahora se dice que es partidaria, pero la Defensoría del Pueblo es un tema apartidario. Defiende a la gente, a todos. Tiene que plantar defensa respecto a los ataques de distintos sectores”, remarcó.
“Acá se ha demostrado que la Legislatura no es una escribanía. El hecho de que me haya impulsado un grupo de legisladores es porque en mi accionar en los últimos cuatro años y el año que corre, siempre he presentado proyectos de leyes que están pendientes a la defensa del usuario y del consumidor y siempre he pedido la transparencia en la venta, y que se agregue personal para el control de las empresas privadas”, evaluó.
Cuando le preguntaron específicamente por los reparos que planteó el vicepresidente primero de la Legislatura, Gerónimo Vargas Aignasse (objetó el dictamen que habilitó la terna en que estuvo Cobos y excluyó de ella al ex ombudsman Fernando Juri Debo), Cobos no se privó de una crítica. ”El problema del legislador mencionado es que él se siente vocero oficial de la Casa de Gobierno y creo que no lo es. Pero no quiero de hablar de un solo legislador. Yo creo que el bloque no se va a fracturar, y si no es así, invito a los legisladores del bloque que no me votaron, a que demuestren que están más unidos que nunca, que hay libertad de acción para votar, que cada uno puede votar lo que quiere”, abogó. La bancada, pese a su anheló, se fracturó igual.