07 Marzo 2021
El regreso a las aulas de los alumnos de secundaria tras varios meses sin presencialidad enciende la preocupación por un clásico de los estudiantes que egresan: el llamado último primer día (UPD) de clases. Se trata de un festejo en el cual los jóvenes pasan de largo la noche antes de ir a la escuela, reunidos en una lugar específico, bebiendo y bailando.
Este año, el UPD se dará en un contexto marcado por la pandemia que todavía se encuentra presente y mientras, de hecho, se espera la posible llegada de una segunda ola de contagios. Por esto, las autoridades instan a los padres a desalentar estos festejos.
Los funcionarios reconocieron que es difícil limitar un festejo a los jóvenes que acceden al último año de la secundaria, sumado a todo lo que implica un reencuentro con sus compañeros y compañeras, a quienes no han visto en todo un año. Sin embargo, insistieron en la necesidad de evitarlos. Habrá que estar atentos esta noche.
Los UPD se suman a una realidad cada vez más preocupante: las fiestas clandestinas que han proliferado durante los últimos meses y que son un riesgo por el posible incremento de casos de covid-19 que pueden originar.
El Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo de Buenos Aires aconsejó al respecto: “este año hacemos especial hincapié en desmitificar la idea de que consumir alcohol es igual a diversión. A su vez, remarcamos que todo consumo de bebidas alcohólicas por parte de menores de 18 años es de riesgo. No existe un nivel ‘saludable’ o ‘tolerable’ porque el cuerpo está en crecimiento y resulta más vulnerable. Además, la desinhibición ligada al alcohol lleva al relajamiento en el cumplimiento de las medidas de prevención de la covid-19, lo cual es un peligro de cara a la situación sanitaria que atraviesa el país”.
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