05 Marzo 2021
ALIMENTACIÓN. Cada vez más son las personas que optan por dietas vegetarianas y veganas. ARCHIVO LA GACETA
En los últimos años en el país el número de personas que han optado por cambiar sus hábitos alimenticios y optaron por dietas veganas o vegetarianas ha crecido exponencialmente. Factores como el cambio cultural (una mayor conciencia de los animales) o razones económicas (aumento en el precio de la carne), son algunos de los factores de esta decisión.
Según el informe de la Unión Vegana Argentina (UVA) el 12% de la población argentina es vegana o vegetariana. Estos datos muestran un aumento del 3% con respecto a 2020.
Estos tipos de alimentación siguen despertando voces a favor y en contra. Especialistas en nutrición explicaron que se debe tener en cuenta en caso de optar por estos planes alimenticios y cuáles son sus diferencias."En primer lugar, tenemos que señalar que el veganismo es un estilo de vida, más allá de un cambio en la alimentación. Las personas que optan por este hábito no consumen carne y tampoco ningún derivado de los animales. En cambio, en el caso de los vegetarianos llevan un tipo de alimentación que de manera parcial eliminan el consumo de la carne, pero sí pueden ingerir derivados como el huevo, la leche, manteca, entre otros", explicó Martha Filomeno, nutricionista en diálogo con LAGACETA.COM
Por su parte, Mariana Giulante, nutricionista precisó que dentro de la alimentación vegetariana existen diferentes tipos de clasificaciones de acuerdo al tipo de alimentos que se excluyen y se incluyen.
"Tenemos la alimentación "ovolactovegetariana" donde principalmente se excluye el consumo de carnes, pero se consumen otros alimentos de origen animal como los lácteos, sus derivados y huevos.
Después tenemos aquellas personas que son "lactovegetarianas"; excluyen huevo de su dieta pero sí consumen lácteos y derivados. Y por último tenemos a los "ovo-vegetarianos", quienes excluyen lácteos y derivados pero sí incluyen huevo".
También destacaron que cualquier personas que desee realizar un cambio de este tipo en su esquema alimenticio debe tener en cuenta que al dejar la carne se pierden muchos nutrientes, por lo que deben ser reemplazados con otros alimentos.
"El consumo de proteínas va a ser de origen vegetal a través de la ingesta de legumbres (porotos, lentejas, garbanzos, arvejas, entre otros) y sus derivados, cereales (avena, arroz, trigo burgol), pseudocereales (mijo, trigo sarraceno, quinoa, amaranto), frutos secos (almendras, nueces, pistachos, avellanas, castañas) y sus derivados; semillas (chía, lino, sésamo, calabaza, girasol, etc.).También podemos consumir algunos complementos como espirulina, alga kombu y levadura nutricional", detalló Giulante.
En muchos casos padres y madres deciden extender este tipo de dietas a los más chicos. Sin embargo, las profesionales advirtieron que hay manejar el tema con cuidado debido a que los menores necesitan vitaminas y proteínas para su desarrollo.
"Los padres que deciden cambiar la alimentación de sus hijos, deben tener en cuenta que éste proceso debe estar perfectamente guiado por especialistas, deben realizar chequeos periódicos para controlar que el estado de salud de sus hijos está en óptimas condiciones y además verificar la necesidad de suplementación de acuerdo a la edad y el momento biológico que atraviesan; deben asesorarse sobre todo lo relacionado a la alimentación: variedad de alimentos, combinaciones, cantidades, técnicas alimentarias y recetas", sostuvo Giulante.
Filomeno destacó la importancia de los distintos tipos de carne en la nutrición de los menores, como también los adultos. "En mi caso no estoy a favor de que la gente deje de consumir carne o alimentos derivados de los animales. Por ejemplo, en el caso del huevo es una excelente fuente de nutrientes como vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales. Es muy importante que la gente tenga en cuenta una alimentación completa si decide optar en estos casos por una dieta así", cerró.
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