Pelea por el liderazgo detrás de la elección del ombudsman

Pelea por el liderazgo detrás de la elección del ombudsman

El jaldismo, al no habilitar a Juri Debo para su posible reelección, clausuró la puerta a una reforma y avivó la fractura en el PJ.

Pelea por el liderazgo detrás de la elección del ombudsman

La pelea política de ayer en la Legislatura no fue una mera puja por imponer al Defensor del Pueblo, fue un round más -no el último- en la disputa entre manzuristas y jaldistas por dirimir quién puede ser el próximo candidato a gobernador del PJ en Tucumán: Juan Manzur u Osvaldo Jaldo. Una pelea por el liderazgo. Más aún, el jaldismo prácticamente clausuró la posibilidad de que la Cámara habilite la eventual reforma de la Constitución para favorecer la reelección del gobernador. En términos políticos dejó muy en claro que para eso no están los números, y que no los dará para beneficiar al titular del PE. Las llaves de la casa de los representantes del pueblo las tiene el vicegobernador, para este caso y para futuras leyes, por más que en esta movida institucional se haya “desentendido” -según trascendió- de la acción política de sus adláteres.

Negarle la posibilidad de reelección al ombudsman Fernando Juri Debo -al no integrarlo a la terna de la que saldrá el nuevo defensor- fue un mensaje directo a Manzur, ya que sacaron del juego a su candidato, con quien se había comprometido a gestionarle la continuidad. Precisamente, este último concepto es lo relevante del mensaje político, referido a que ciertas continuidades están sujetas a la voluntad de algunos parlamentarios.

Desconcierto. Esa es la palabra que define el estado de ánimo del manzurismo. Es que en la reunión de comisiones de Acuerdos y de Asuntos Constitucionales para elegir la terna que llegará al recinto para definir al Defensor del Pueblo (2021-2026) la votación quedó cuatro a cuatro, y Javier Morof definió la compulsa en su condición de presidente de la comisión de Asuntos Constitucionales. Sorpresivamente, para algunos, desempató en favor de la terna compuesta por Eduardo Cobos, Mario Koltan y María Emilia Saab, apoyada por el jaldismo. La otra, avalada por los manzuristas era: Cobos, Juri Debo e Ismael Toledo.

La primera fue apoyada por Morof, Adriana Najar, Raúl Ferrazzano y Daniel Herrera. Gerónimo Vargas Aignasse, Eduardo Bourlé, Zacarías Khoder y Sergio Mansilla respaldaron a la segunda, respondiendo a una solicitud del propio Manzur. “Estamos dolidos. No esperábamos un golpe bajo; somos todos del mismo equipo, o al menos eso creemos”, dijo Vargas Aignasse. Luego, junto a Bourlé, Khoder y Mansilla solicitó por nota al vicegobernador que eleve a la sesión del lunes y de manera extraordinaria a las dos ternas.

Desde la vereda de enfrente sostienen que eso es imposible por cuestiones legales: a la Legislatura solo llega una terna para ser votada; según alegan.

Sin embargo, desde el manzurismo entienden que el capítulo no está cerrado y que tienen alternativas a las que recurrir para insistir con Juri Debo. El jaldismo mostró lo que es capaz en el seno del oficialismo, ahora falta la reacción política del manzurismo. Casualmente, ayer, Manzur viajó a Buenos Aires: ¿en busca de respaldo político? También lo hizo Vargas Aignasse. Se comentó que el gobernador recibió con mucho desagrado y malestar la noticia: se le habían rebelado legisladores, dándole la espalda a sus aspiraciones, por lo menos sobre la Defensoría. “A nosotros no nos habló, y si lo hizo fue muy tarde”, confiaron.

En principio, Cobos tiene el camino expedito hacia la Defensoría, sólo habrá que ver cómo juegan los manzuristas el día de la elección del nuevo ombudsman. Las alternativas no son muchas, acompañan la movida jaldista o quiebran relaciones. Esto último blanqueará quién está con uno y con el otro. Se dice que los “paladares negros” de ambos lados rondan entre 13 y 14. Temprana batalla que apunta al 2023, por la sucesión en el Poder Ejecutivo.

La fractura sobrevuela en el oficialismo. Ayer, disgustado, Manzur habría deslizado que Jaldo no llegaría a ser gobernador. Eso sólo se puede dirimir de una sola e inevitable manera en el PJ: en una interna para elegir a los candidatos a gobernador.

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