La cultura suma nuevos espacios de creación y arte

La cultura suma nuevos espacios de creación y arte

Aún contando con los subsidios del Instituto Nacional del Teatro, los artistas debieron convertirse en gestores, albañiles y carpinteros.

INGRESO. Noé Andrade y Pablo Gigena dan la bienvenida al nuevo centro cultural desde el potente faro ubicado en Las Piedras 1.850. LA GACETA/FOTO DE FLORENCIA ZURITA INGRESO. Noé Andrade y Pablo Gigena dan la bienvenida al nuevo centro cultural desde el potente faro ubicado en Las Piedras 1.850. LA GACETA/FOTO DE FLORENCIA ZURITA

No es frecuente que se abra una sala de teatro, menos un espacio cultural; y casi nunca que sean tres esos espacios en una misma semana y en Tucumán. Es un hecho extraordinario que, de pronto, centenares de butacas se agreguen a la oferta cultural.

Pero no fue tan de repente en realidad, porque pertenecen a teatristas que llevan décadas en la actividad. En otras palabras, la vienen remando desde hace mucho y con distinta suerte. No faltarán quienes pregunten si todo es posible en tiempo de pandemia.

El sábado fue en El Cadillal con la sala de Armando Díaz (que lleva su nombre) y esta noche será en Puerto Cultural Libertad y en Casa Luján, a un kilómetro y medio de distancia entre ambos espacios. Habrá que agregar el Teatro de la Paz, reabierto en la Biblioteca Alberdi. Y hay quienes se animan a sumar a la lista la Biblioteca Sarmiento en un futuro no muy lejano...

En los dos que se abren esta noche, el aporte millonario del Instituto Nacional del Teatro (INT) fue decisivo, pero no debe entenderse como una prebenda sino como la consecuencia de concursos ganados para ello. Los artistas agradecen una y otra vez, pero, finalmente, hay que tener claro que el presupuesto del INT está destinado a fomentar e impulsar al teatro independiente según la ley sancionada en los 90.

En las inauguraciones estará presente el director del INT, Gustavo Uano y el secretario general Ariel Molina, quienes mantendrán además una reunión con la comunidad de teatro, conjuntamente con otros funcionarios.

PILA BAUTISMAL. En este lugar se convertía a los creyentes de la Iglesia. LA GACETA/FOTO DE FLORENCIA ZURITA PILA BAUTISMAL. En este lugar se convertía a los creyentes de la Iglesia. LA GACETA/FOTO DE FLORENCIA ZURITA

El ministro de Cultura Tristán Bauer destacó ante este columnista la semana pasada el objetivo de reforzar las ayudas y las partidas de premios como el Plan Podestá. Mientras, se lanzó la convocatoria (abierta hasta el 19) para el programa Reactivar Escenas por $200 millones.

Nuevos circuitos

El teatro de La Vorágine y de Casa Luján están bastantes alejados de las propuestas convencionales y de la comedia comercial.

En Las Piedras 1.850, el grupo La Vorágine bautizará su flamante espacio las 19.30: la casa fue un templo adventista y conserva una pequeña tina para bautizar a los creyentes a 20 metros de la entrada; será una jornada artística bautismal, con música, performances y presentaciones, anticipan los teatristas.

Y cuenta con tres salas: la de planta baja será un salón de usos múltiples (clases y talleres sobre todo, ya es que es un ámbito cerrado), pero también se utilizará para recitales de música y de poesía. En el fondo se brindarán clases aéreas al aire libre y distintos talleres, en especial para el teatro de clown y las artes circenses. Y el de arriba será el espacio principal, más convencional, donde habrá un escenario de gran altura y con camarines al fondo para todo tipo de espectáculos de mediano formato.

Sus responsables, Noé Andrade, Pablo Gigena, Víctor Martínez y Claudio Gigena tienen todavía por delante el gran trabajo de poner en pie todo el espacio.

En algunos casos, con sus propias manos y sin guiones preestablecidos levantaron columnas de concreto, arreglaron paredes rotas, pintaron y crearon el Jardín de Arte Nena y Hortensia (nombres de las madres de Andrade y de los Gigena).

Y entre instalar la cisterna para el agua y el tendido eléctrico, pasaron de ser dramaturgos. actores, directores, técnicos en luces, escenografía y audiovisuales a carpinteros, albañiles y peones de la construcción. Vinieron desde La Gloriosa (en San Luis 836), que no ha dejado de trabajar ni lo hará en el futuro próximo.

Lomeando

Algo parecido le sucedió a César Romero quien responde cansado el llamado telefónico y pide responder con audios porque “justo estoy con la pala y lomeando arena”.

A las 22 será la apertura de su Casa Luján (Saavedra 74), que contendrá números artísticos. ”El laburo que se hace es arduo, pero lo independiente tiene ese riesgo y nosotros no hacemos un teatro con el que se pueda ganar dinero”, reflexiona.

Su espacio no se mudó pero sí se adquirió; ahora es totalmente propia (luego de casi 17 años viviendo allí), una vez superados engorrosos trámites administrativos, que incluyeron la búsqueda de otros locales, la realización de proyectos arquitectónicos que después había que modificar, revisar y encontrar alternativas.

Hugo Romero y Eva Lastra, los padres del artista, también integran la fundación y son activos del proyecto, así como Belinda Quinteros, Ezequiel Rigourd, Carla Monachesi, Maximiliano Vecce, Ana Silvia Quinteros, e Iván Martínez. “Somos un montón de gente que está trabajando en el espacio, hay mucha familia involucrada e interesada”, señala el actor.

Romero cuenta que con el subsidio del Instituto Nacional del Teatro pudo estrictamente comprar la casa, pero no hubo resto para ampliaciones. “No alcanzó para más. Las refacciones como la instalación eléctrica que se extendió en el fondo, que es bastante amplio y donde se realizarán recitales de música, pudimos hacerlas por otros subsidios”, dice el teatrista.

El proyecto nació en 2017 con la Fundación de Ayuda Comunitaria. “Al final tuvimos que convencer a los herederos de este lugar para comprarlo, donde veníamos funcionando desde años”, recuerda el también director, aclarando que gastaron un “dineral” de sus bolsillos en trámites.

Butacas

Puerto Cultural Libertad agregará en el futuro alrededor de 300 espacios y butacas entre sus diferentes salas a la capacidad teatral de la provincia; Casa Luján, más de 100 y Armando Díaz un poco más de 200.

Como centros culturales, servirán para la música, la poesía, el teatro, las performances, las artes circenses, las artes visuales y las diversas disciplinas artísticas; en esta ciudad y en El Cadillal, que tiende a conquistar un público de turistas.

Pandemia mediante, los teatristas están observando el resultado de muchos años de trabajo; de convertirse también en gestores, además de productores. La experiencia no solo estuvo en la provincia sino en todo el país. Es parte del teatro independiente.

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