Anya Taylor-Joy fue elegida como la mejor actriz en la 78º entrega de los Globos de Oro, por su protagónico en “Gambito de dama”, donde interpretaba a a Beth Harmon, una huérfana prodigio del ajedrez que cautivó a la crítica y al público.
La joven puso a hablar a todo el mundo de ajedrez. Es más, la búsqueda de las reglas del juego alcanzó en Google su máximo en casi una década, según Netflix. ¿Pero sabías que Anya apenas sabe de ajedrez, que creció en Argentina y padeció acoso al igual que su personaje?
Estos son los aspectos relevantes de su historia:
Nació el 16 de abril de 1996 en Miami (EE.UU.) y es la menor de seis hermanos. Su padre es un empresario argentino con raíces escocesas y su madre, una psicóloga nacida en Zambia cuyos ancestros son ingleses y españoles.
Su familia se trasladó a Buenos Aires cuando era bebé y hasta los seis años todo lo que hablaba en casa era español. Por ese entonces su familia se mudó a Londres, Reino Unido.
“Vengo de muchos lugares, pero mi calidad y mi actitud hacia la vida es de Argentina. Agradezco mucho esa parte de mi historia. Me siento muy orgullosa de venir de Argentina”, dijo la actriz en español, con acento argentino, en una entrevista promocional Taylor-Joy el pasado octubre.
Sobre su infancia contó al diario El País que pasaba mucho tiempo sola, jugando en bosques e imaginándose obras enteras en español. Relató en varias ocasiones, que de esa etapa le quedó esa identidad, su “lengua materna”, “sus primeros amigos” (que aún conserva) y el gusto por “la empanada y los churros rellenos de dulce de leche”. Además aseguró que el temperamento también tiene raíces argentas. “Cuando me enfado, insulto en castellano”, advirtió.
Aprendió las jugadas cinco minutos antes
A muchos les resultará sorprendente saber que la actriz no tenía ni idea de cómo se jugaba al ajedrez cuando participó en la serie. “Sabía que había un tablero y que había unas fichas, pero eso era todo”, confesó. Al principio, recibió un libro enorme con las reglas y jugadas que tendría que interpretar y se sintió un poco intimidada. “No, no voy a poder hacer esto”, pensó.
Pero encontró el método: aprenderse las jugadas cinco minutos antes de tener que efectuarlas ante las cámaras. “Afortunadamente, mi memoria a corto plazo es bastante buena, y, como bailarina, también soy buena con las coreografías, porque básicamente eso es lo que haces con tus dedos”, le confesó al diario Los Angeles Times.
Esa estrategia parece que funcionó, no solo por el entusiasmo del público, sino por la satisfacción del propio mundo del ajedrez.
“El mundo del ajedrez lleva mucho tiempo esperando a su Beth Harmon real”, dijo de la serie David Llada, representante de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE). “Probablemente hemos recibido más consultas de mujeres en las últimas dos semanas que en los últimos cinco años, lo cual es brillante”, aseguró al poco de estrenarse la serie en noviembre.
Acoso escolar
Igual que su personaje en la ficción, Anya tiene también algunos malos recuerdos de su infancia. “Cuando era más joven no sentía que encajara en ningún sitio. Era demasiado inglesa para ser argentina, demasiado argentina para ser inglesa, demasiado americana para ser cualquier cosa…”, recordó en varias ocasiones.
“Los otros chicos no me entendían, me acosaban mucho”, le contó al periódico británico Evening Standard. “Me encerraban en las taquillas, me prohibían entrar en las aulas, no me invitaban a las cosas. No era agradable”, reconoció.
La expresividad de sus ojos y su cara, que la distinguen como actriz y modelo, fueron objetivo de sus acosadores en la niñez. Sus compañeros de clase utilizaron Facebook para etiquetarla en una foto de un pez. “Mis ojos estaban muy separados, eso es un hecho”.
“Pasé mucho tiempo en la escuela llorando en los baños o escondiéndome en los libros”, contó, por lo que aún hoy “nunca pasa mucho tiempo mirándose en el espejo”, reveló la actriz.