Con llanto de por medio, Karen Daiana Frías, de 20 años, reconoció que ella y su pareja, Omar Leonardo Santana, de 24, fueron los motociclistas que emboscaron a Juan Pedro González. El vendedor de bollos, de 74 años, murió en el hospital luego de haber sido baleado en un intento de robo. El hecho de sangre, ocurrido en la esquina de La Rioja y Miguel Torres, al sur de la capital, quedó grabado por una cámara y se viralizó en las redes sociales.
“¡Dame la plata!”
“Fuimos a comprar una torta para nuestro bebé. Nosotros no tenemos plata y no nos alcanzaba, por lo que la dejamos señada. Salimos a dar una vuelta en la moto y nos encontramos con este hombre”, contó nerviosa la imputada. “‘¡Dame la plata!’, le dice ‘Leo’ a este hombre, y el señor sacó una pistola también. Ahí yo me voy orillando, luego salgo corriendo cuando escucho que se disparan. Tenía mucho miedo”, agregó Frías en su relato. La joven fue la única que declaró y respondió preguntas luego de escuchar la formulación de cargos.
Santana, por su parte, sólo negó los hechos que el fiscal de Homicidios, Carlos Sale, le había imputado y agregó que se sentía muy mal para hablar. Comentó también que ese malestar se debía en parte a una golpiza que habría sufrido al momento de su detención. Sale consideró que hay evidencias que desmienten esa versión, y que la verdadera razón de las lesiones del acusado (tenía parchada la cabeza por un golpe) se debía a la pelea que había protagonizado con la víctima.
Frías sí se sometió a interrogatorio. Aseguró que nunca habían hecho algo así antes. Dijo que ella no sabía que su pareja llevaba un arma en ese momento y que tampoco conocía si Santana salía armado y en moto normalmente. “Nunca había hecho esto, por eso quedé shockeada”, reiteró.
Sale, quien acusa a la pareja (a él como autor y a ella como partícipe secundaria) por homicidio en ocasión de robo agravado por el uso de armas de fuego, le preguntó si estaba enterada de que el padre de su hijo tenía antecedentes por otro hecho similar. La acusada reconoció que sí. Indicó que ese caso había ocurrido cuando Santana era menor de edad y que había cumplido con una probation por ese motivo. “Yo lo conocí a él luego, cuando ya estaba ‘limpio’. Llevamos seis años juntos”, agregó.
Medidas
El fiscal le pidió al juez Alejandro Tomas seis meses de prisión preventiva para ambos acusados. La medida fue aceptada por el magistrado tras escuchar los fundamentos esgrimidos por el titular de la oficina Homicidios II. Sale advirtió que los vecinos del barrio Autopista habían señalado a la pareja como dos motoarrebatadores conocidos en la zona. También subrayó que la acusada no había sabido precisar dónde señaron esa torta de la que hablaba. Recordó que una familiar de Frías, indignada al ver el video del crimen, había colaborado con la Policía, al igual que los vecinos, quienes llevaron a los investigadores hasta el escondite de la presunta arma homicida. Además, el fiscal mantuvo las sospechas sobre la madre de Santana, que había intentado denunciar en la comisaría 9ª el robo de la motocicleta familiar para proteger a su hijo. Sale dijo que Santana había intentado esconderse en una prefabricada cercana y consideró que Frías no era del todo sincera en sus declaraciones. En la casa de los acusados secuestraron la ropa (con sangre) que habrían usado durante el asalto.
El juez determinó que Santana sea alojado en el penal. Ordenó también que Frías quede detenida en una comisaría donde pueda amamantar a su hijo, de más de un año. Los defensores no quedaron conformes y avisaron que apelarán la decisión.
“Era un héroe”
“Mi suegro era un jubilado más. No tenía necesidad de andar vendiendo pan, pero lo mismo se levantaba a las 4 todos los días a amasar porque él quería vivir un poquito mejor que lo que la jubilación le permitía”, contó Cintia Noelia Artaza, la nuera de la víctima. “Él fue un héroe. Había sido guardia de seguridad y tenía autorización para portar armas. Defendió a muchos vecinos de los delincuentes, por eso era un hombre respetado”, añadió Artaza. Defendió así el honor del fallecido, al que quería como a un padre.
“Veinticinco nietos hoy entierran a su abuelo. No pongan a un menor como excusa para justificar lo que hicieron. Destrozaron una familia. Pido que dejen a su hijo con un familiar o que lo contenga la Sala Cuna. Estos dos no merecen tener un niño a cargo”, sostuvo Artaza. Destrozada, reiteró que González había sido un padre para ella y le agradeció a la Policía por capturar a la pareja acusada. “Que la asesina diga la verdad, ella es la que le pasó el arma a su marido. Miren el video”, destacó.