22 Febrero 2021
El caso de Brian Galván, el niñito al que encontraron sin vida en el río Salí luego de haber estado desaparecido durante varios días, conmocionó a toda la provincia. Con él ya son cinco los tucumanos que perdieron la vida ahogados en ríos o diques en lo que va del año (de todos modos, la muerte de Brian continúa bajo investigación judicial para determinar, fehacientemente, los motivos de su deceso). El número adquiere otra relevancia si se tiene en cuenta que el año pasado hubo 12 fallecimientos por ahogamiento en ríos o diques de Tucumán
Los casos, sin embargo, se vienen reduciendo con los años, afirmó Mario Herrera, jefe de la Policía Lacustre. “Creo que hay menos, porque la gente, al parecer, está tomando conciencia sobre los peligros. Se le dio más difusión a algunos casos y eso parece haber generado conciencia. El 2019 hubo 17; el año pasado, 12 y este año espero que no haya muchos”, se esperanzó el comisario.
Tres de los cinco hechos registrados en 2021 ocurrieron en el río Salí. Los otros dos se produjeron en el río Gastona y en dique El Cadillal. “Suele ocurrir por descuidos de la gente. Muchas veces son menores de edad, personas que están en el balneario y no tuvieron conciencia de la profundidad. Actualmente, en El Cadillal se hacen alrededor de 10 salvatajes por semana. Se trata de individuos que corrían el peligro de ahogarse y pudieron ser rescatados”, remarcó. Desde que Herrera asumió como jefe de la Policía Lacustre -hace 10 años- ocurrieron más de 120 muertes por ahogamiento en ríos. “A veces hay exceso de confianza entre los pescadores o entre las personas que se meten al agua”.
Explicó que una de las claves para evitar estos hechos es que se generalice el uso del chaleco salvavidas. “Los pescadores tienen que usar un chaleco salvavidas, debería ser parte del equipo. Uno de buena calidad vale $ 1.500 y, si lo comparamos con una caña, que puede llegar a costar $ 10.000, no es tanto dinero”, comparó. “El que pesca por deporte debe tener siempre dentro de su equipo un chaleco. Incluso le sirve para ayudar a otra persona o para recuperar anzuelos enganchados porque, con esta protección, pueden entrar al río sin correr tantos peligros. Durante la navegación también es importante usarlos porque podés caer al agua, pero con el chaleco tenés muchas posibilidades de salvarte”, insistió.
Otro de los consejos del comisario es analizar el estado del río o del lago antes de ingresar: “el conocedor, el que va siempre, sabe la diferencia que existe cuando está crecido o cuando viene normal, y si reconoce que hay una crecida entonces no debe entrar, porque pueden producirse pozos, alterarse el relieve del fondo”. Por su parte, aquel que desconoce el río debe estar atento a la cantidad de basura y ramas que arrastra el agua y la velocidad a la que se mueven: si es mucha basura y va rápido, el peligro es grande.
“Tampoco deben acercarse a los barrancos; ahí se producen pozos; en esos lugares se debe pescar desde la costa”.
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