“Me tomó mucho tiempo darme cuenta de que puedes amar a alguien y tenerle miedo al mismo tiempo”, dice Dylan Farrow al inicio del documental de cuatro episodios que acaba de estrenar HBO. Se trata de un material que revela hechos sombríos y conmocionantes, a través de los testimonios de la propia víctima, su madre y su hermano, además de amigos, familiares y conocidos de la familia que aseguran haber notado que el director se comportaba de forma extraña con su hija desde que era muy pequeña.
Cuando Mia Farrow y Woody Allen iniciaron su relación, ella ya tenía 7 hijos y él le había dejado claro que no quería tener nada que ver con ellos, así que decidieron mantener sus vidas separadas y el director solo visitaba a los niños en ocasiones raras.
Poco a poco la relación se volvió más seria y Farrow recuerda que le dijo a Woody que quería tener más hijos. Él aceptó que adoptaran, siempre y cuando se tratara de una niña rubia. Así fue como Dylan llegó a sus vidas.
Farrow cuenta que Woody quedó encantado con la pequeña y se comportaba como un padre ejemplar, pero poco a poco las cosas comenzaron a cambiar y Allen parecía estar obsesionado con la niña, demostrándole una atención intensa y afecto excesivos.
De acuerdo con Ronan, Dylan, sus hermanos y la misma Mia Farrow, Dylan siempre fue la favorita de Allen, el director le ponía toda la atención y cumplía cada capricho de la pequeña, y la situación aumentó cuando Farrow quedó embarazada y descubrieron que no era una niña, lo que supuestamente decepcionó al director.
“Me hacía sentir muy especial, pero entre esos buenos recuerdos había algo más. Su afecto se volvió intenso”, dice Dylan, quien además comentó que no fue hasta que se convirtió en adulta que realmente pudo entender lo que vivió de pequeña.
Ronan, por su parte, dice que él se daba cuenta de que su hermana se paralizaba cada vez que Woody llegaba y la buscaba. Huía de él, se escondía en el baño y dejaba de hablar. “Pasó a ser una niña triste y todo eso era un patrón de algo mucho más alarmante”, afirma Ronan.
“Tengo recuerdos de estar en la cama con él en ropa interior y él me envolvía con su cuerpo de una forma íntima”, recuerda la hija de Farrow.
Allen siempre negó las acusaciones y adujo que todo fue un truco de Mia Farrow para poner a sus hijos en su contra. Pero Priscilla, la novia de uno de los hijos mayores de Farrow, así como Casey Pascal, amiga de la familia, recuerdan que ellas también llegaron a notar cosas extrañas que las preocuparon. Farrow además cuenta que una psiquiatra llamada Ethel Person, que vivía en su mismo edificio, le dijo que ella notó que Allen saluda de forma inapropiada a la niña, y eso fue lo que impulsó a Farrow a llevar a Dylan a terapia y a pedirle a Allen que viera a un psicólogo.
El terapeuta de Woody, según cuentan en el documental, le dijo que el comportamiento del director era intenso e inapropiado, pero que no era sexual, así que la situación se calmó.
Mientras tanto, Woody ya había adoptado a Dylan y a Moses, y era padre biológico de Ronan, así que tenía derechos para seguir visitando a los niños y solía ir a verlos a la casa de campo de Farrow en Connecticut.
Suceso detonante
Fue ahí donde uno de los incidentes más alarmantes sucedió. De acuerdo con Casey Pascal, ella se encontraba ahí con sus hijos y los niños Farrow en una ocasión en la que Woody llegó a visitarlos. Mia había tenido que salir y, de un momento a otro, Dylan y Allen desaparecieron y al buscarlos, la niñera de los hijos de Pascal le contó que vio al director “con la cabeza en las piernas de la niña mientras ella estaba paralizada en el sillón con su mirada perdida”.
Farrow le preguntó a su hija si eso había sucedido y ella le dijo que sí, que el director la llevó al ático de la casa y que abusó sexualmente de ella mientras le decía que viajarían a París juntos y que la pondría en sus películas.
Alrededor de ese mismo tiempo, Farrow recuerda haber encontrado una serie de fotos pornográficas que Woody tomó de su hija adolescente Soon Yi, con quien el director había iniciado una relación sexual. Mia cuenta que Woody le dijo que todo fue un error y que no pasaría de nuevo, además de que le aseguró que todo empezó cuando Soon Yi ya estaba en la universidad, pero una serie de documentos de la corte muestran testimonios de los empleados de Allen que aseguran que la niña comenzó a visitarlo mucho tiempo antes.
Dylan cuenta que fue abusada en varias ocasiones y que cuando su madre les contó lo que había pasado con Soon Yi, se dio cuenta de que no era la única a la que le había pasado.