La madre de Úrsula Bahillo, la joven de 18 años asesinada de 15 puñaladas hace 12 días en la localidad bonaerense de Rojas, aseguró hoy que la ausencia de su hija "es tremendamente tristísima" porque eran "una sola" persona y que no puede "explicar el dolor desgarrador" que "siente" como madre ante el femicidio.
En una entrevista realizada con la agencia Télam, Patricia Nasutti expresó que, si bien para "afuera" es un "roble" y va "a estar de pie en memoria y por la justicia" de su "santa y mártir", dentro de su casa hace "la catarsis".
"El quebranto también viene a la hora de la cena porque Úrsula no está, salís al garaje y está su motito, voy para los cuartos y su dormitorio está cerrado y pensás que ella salió de bañarse y se encerró a cambiar", relató.
En ese sentido, la madre de la joven señaló: "La ausencia es tremendamente tristísima, porque éramos una, somos una y sé que voy caminando de la mano de ella para llegar a donde voy llegar".
"No te puedo explicar el dolor desgarrador que una madre siente", aseguró la mujer y añadió que sabe que el "alma" de su hija "está en el cielo".
El miércoles pasado, el presidente Alberto Fernández recibió en su despacho de la Casa Rosada a Nasutti y a Adolfo Bahillo, padres de la joven asesinada, en el marco de una reunión de la que también formaron parte las ministras de Justicia y Derechos Humanos, Marcela Losardo; de Seguridad, Sabrina Frederic; y de Mujeres, Elizabeth Gómez Alcorta.
Al respecto, la mujer comentó que "fue un encuentro muy emotivo" y que el primer mandatario "fue una persona" que le dio "paz".
"Fuimos escuchados dos horas y media con mi esposo, le presentamos un petitorio que ya se está trabajando en muchos lugares, ya está en movimiento", indicó Patricia.
Además contó que el presidente Fernández le "ofreció su custodia", que ya tiene "en la puerta" de su casa, y de esta manera, lo que le "prometió, él lo cumplió".
"(Fernández) es un señor con mayúsculas, y agradezco infinitamente porque me dio su celular personal y me dijo que no soy una persona más, sino que soy su amiga", aseguró Nasutti, y recordó que el Presidente se comprometió a visitar su casa tras el viaje oficial que realizará a México la próxima semana.
Tras la reunión con el primer mandatario, Patricia se dirigió hacia el Palacio de Tribunales porteño, sede del Poder Judicial, donde miles de personas se manifestaron para exigir justicia por el femicidio de Úrsula y para que se implementen políticas públicas efectivas contra la violencia de género.
"Nunca estuvimos en ninguna marcha ni nada por el estilo porque es como que lo veíamos como muy lejano todo esto. Cuando nos pasa el femicidio de Úrsula quise ir para acompañar a todas las chicas que quizás han denunciado y no fueron escuchadas", explicó la mujer.
La madre de Úrsula agregó: "Se que iba a ser la voz de ellas, me quedé impactada porque todas me abrazaban y lloraban".
"Las voy a acompañar siempre porque es triste lo que está pasando con esta ley que tiene que cambiar, tienen que sacar jueces corruptos, tienen que descajonear la cantidad de denuncias que tienen las chicas violadas por la misma fuerza policial", ya que "la mujer tiene que ser escuchada", manifestó Nasutti.
En tanto, el viernes 26 de febrero a las 19, día del cumpleaños de Úrsula, habrá una macha en la plaza General San Martín de Rojas para pedir que haya justicia "por ella" y para que no haya más femicidios.
Úrsula fue hallada el 8 de febrero pasado cerca de las 20.30 asesinada a puñaladas entre unos pastizales en un campo ubicado a la altura del paraje Guido Spano, a unos 13 kilómetros de Rojas, en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, y en ese mismo lugar la policía apresó a Martínez herido.
A través de cámaras de seguridad, los investigadores establecieron que la joven había dejado su moto en la puerta de un quiosco al que ingresó y que al salir lo hizo caminando, tras lo cual aún no pudo determinarse el rumbo que tomó y en qué circunstancias fue abordada por el policía, quien esa noche se desplazaba en su auto, un Peugeot 307, tal como fue registrado por una cámara de una estación de servicio.
El femicidio fue descubierto tras un alerta al 911 de un tío del propio imputado, quien refirió que creía que su sobrino había matado a una joven porque éste le confesó en un llamado que "se había mandado una cagada".
Al llegar al lugar, la policía encontró a la chica asesinada y al agresor malherido, ya que después del crimen se clavó el arma homicida en el abdomen, adentro de su auto.
Martínez intentó escapar a pie por los pastizales, pero fue reducido y quedó apresado.
La autopsia determinó que la joven fue asesinada de 15 puñaladas en la espalda, el torso y el cuello con un cuchillo de carnicería hallado en la escena del crimen.
Úrsula había denunciado en varias oportunidades a su exnovio por amenazas y violencia de género e incluso el policía tenía una medida de restricción perimetral que había violado dos días antes del crimen.
Además de la denuncias en su contra por parte de Úrsula, el oficial tenía tres sumarios en curso en Asuntos Internos, uno de ellos por amenazar a una superior diciéndole: "Si me trasladan tiro una bomba", mientras que otra ex lo acusó públicamente de abusar sexualmente de su sobrina adolescente y de ser violento con ella.