“La violencia juvenil es un tema que no fue abordado de manera integral, por eso no existe la prevención. Tiene que ver con un cambio generacional. Hoy los jóvenes tienen otras herramientas al alcance de su mano como es el uso de las tecnologías y las redes sociales; en ocasiones no saben cómo usarlas y cometen errores”, opinó la subsecretaria de Coordinación Institucional e Interjurisdiccional Mariela Martin Domenicheli.
“Los jóvenes tienen la capacidad de aburrirse fácilmente y se dejan arrastrar por esas personas que les brindan la diversión del momento. Esa sensación de satisfacción la encuentran con esos ‘malos líderes de barrios’, que les ofrecen caer en tentaciones como la droga y el alcohol, lo que lleva aparejado la violencia”, señaló. “Esta situación se puede ver porque la sociedad cambió. Los padres deben salir a trabajar y los jóvenes pasan mucho tiempo solos. En la adolescencia es cuando necesitan más apoyo de ellos y ese espacio de diálogo y contención ya no está. Pero no porque los padres no quieran, sino porque la realidad es otra”, agregó. “La profunda crisis que atraviesan el país y el mundo entero por efecto de una pandemia que paralizó actividades esenciales dejó en evidencia y acentuó en otras el grado de vulnerabilidad de algunos sectores de la sociedad, donde se ven reflejados como denominador común la violencia y el delito, acciones empujadas en ocasiones por el alcohol, las adicciones, la intolerancia y la sed de venganza entre otras”, agregó el subsecretario de Seguridad, José Ardiles. A propósito de la utilización de la llamada mano dura agregó: “es resorte de la justicia, especialmente en lo que hace al endurecimiento de penas. Atravesamos situaciones muy críticas donde las consideraciones y contemplaciones al que delinque deben pasar por un fino criterio. La otra parte necesaria es lograr lugares adecuados para las personas en contexto de encierro”.