Yerba Buena ha anunciado la implementación de radares como forma de limitar la velocidad en las calles y avenidas de la “ciudad jardín”, luego del tremendo y luctuoso accidente del sábado pasado en avenida Aconquija y Moreno, que todo Tucumán lamenta. “Es la única manera que tenemos, ya que está demostrado que hay degradación cultural y falta de apego por cumplir las normas”, dijo el intendente. Con el acuerdo del Concejo Deliberante, es de prever que esta decisión se plasme en medidas concretas en poco tiempo más.
Cabe recordar que el municipio piedemontano ya hizo anuncios similares a este con respecto a la velocidad. A mediados de 2018 hubo polémicas por la velocidad y los lomos de burro en la avenida Perón. Dos accidentes causaron honda impresión: un motociclista que falleció tras perder el control de su vehículo a causa de un gigantesco lomo de burro, y una pareja que resultó herida porque le cayó encima un auto que “voló” a causa de una de esas construcciones. Entonces se hizo un estudio que llegó a la conclusión de que muy pocos conductores respetaban la velocidad máxima en esa avenida. Se anunció entonces la radarización de la Perón, con una campaña previa de concientización para automovilistas. Al cabo del tiempo transcurrido puede decirse que la “ciudad jardín” tiene algunos semáforos más en sus avenidas pero los radares no terminaron de llegar.
En cuanto a la Aconquija, que hoy es el centro de las preocupaciones, también ha sido escenario de choques y vuelcos, con heridos y con víctimas fatales. En los últimos tiempos se recordaron el caso de una estudiante de medicina atropellada por un automóvil que circulaba a gran velocidad (en 2019), y percances menores en cuanto a que no hubo daños personales pero que sí tuvieron alto impacto, como el caso del vehículo que destrozó una garita a la altura del 900, otro que se “subió” al reloj en la esquina de Lobo de la Vega y otro que quedó abollado en la platabanda frente al Shopping del Solar, hace dos años. La Aconquija, emblema de Yerba Buena, tiene muchas complicaciones por irregularidades en el pavimento y pérdidas de agua, e intensa circulación. De noche, sobre todo los fines de semana, es notorio que los conductores pisan el acelerador y el riesgo es elevado, porque está mal iluminada.
Las autoridades, que en los últimos tiempos han realizado controles de alcoholemia y que secuestran un promedio de 14 vehículos por fin de semana, afirman que van a apostar a la efectividad disuasoria de las multas y a los radares, puesto que consideran que esa “degradación cultural” y esa “falta de apego a las normas” son condicionantes poderosos frente a la tarea que puedan hacer las autoridades. Al respecto, el informe sobre conductas infractoras en San Miguel de Tucumán parece ser coincidente con esta idea de “problema cultural”. Por ello, sería preciso estudiar cómo se ha hecho en otras partes para enfrentar esa falta de apego de los conductores. Estudiar significa entender por qué se lo hace y qué se puede hacer al respecto.
En cuanto a los radares, hay una coincidencia general en que contribuyen a limitar la velocidad y por lo tanto a que haya menos accidentes. ¿Funcionarán de noche en fines de semana? Cabe preguntarse también por qué no comenzaron a aplicarse hace tres años, cuando se hizo el estudio sobre la avenida Perón. Yerba Buena, ciudad caracterizada por su crecimiento urbano, poblacional, inmobiliario y comercial, tiene cada vez más desafíos de tránsito y circulación. Necesita ideas superadoras de sus problemas estructurales -así son los accidentes como el del sábado, que se repiten cada tanto con mayor o menor gravedad- y convicción de sus autoridades para sostener los programas que se ejecuten y mejorarlos. Acompañados, por cierto, por medidas complementarias eficaces, como cartelería, iluminación, propuestas que tiendan además al cambio de conductas. Si se hace un anuncio, es de esperar que se ponga en práctica cuanto antes, a fin de que tragedias como la de esta semana no se repitan.