Pasaron 16 años y no reglamentan la ley

Pasaron 16 años y no reglamentan la ley

Desde 2005 está vigente una norma para regular las prácticas de tatuaje y piercing. Pero no puede aplicarse en su totalidad.

16 Febrero 2021

En Tucumán los menores que quieren hacerse un tatuaje o perforarse el cuerpo para ponerse un piercing deben tener la autorización de sus padres. O al menos esto debería ocurrir, según una ley que rige desde 2005. No obstante, los profesionales de la salud sostienen que no hay controles suficientes de que esto se respete en todos los rincones de la provincia. El principal problema son los lugares clandestinos donde hacer perforaciones y tatuajes. Y el otro inconveniente grave es que la ley nunca se reglamentó, lo cual impide la aplicación en su totalidad.

La ley 7.666 figura como vigente en la página del Ministerio de Salud local. Sin embargo, nunca en 16 años fue reglamentada, según confirmó el doctor Orlando Di Marco, titular de la Dirección General de Fiscalización Sanitaria del Siprosa.

Entre otras cosas, no está definido qué requisitos deben reunir los locales para ser habilitados por el Siprosa.

Según la ley, toda persona que coloque piercings o haga tatuajes debe tener autorización del Siprosa para hacerlo. Si tienen ese permiso significa, además, que han pasado por un curso de capacitación. Y que deben actualizarlo cada dos años. Asimismo deben contar con un carnet de sanidad.

Para tatuarse o colocarse piercing, los menores deben contar con el consentimiento expreso de sus padres o tutores. La autorización puede otorgarse en forma personal, o por escrito, con firma certificada por un escribano o por la Policía, precisa la norma. También establece que está prohibido llevar adelante estas prácticas en la calle y al aire libre.

Por otro lado, quienes se sometan a estas prácticas deben ser informados de los riesgos para la salud que acarrean las técnicas usadas y de los cuidados que deben tener.

Las personas mayores de edad deben expresar su conformidad luego de ser informados sobre las intervenciones en su cuerpo, especifica la ley vigente hace casi 16 años.

El Siprosa es el encargado de hacer controles e inspecciones sanitarias para verificar que la ley se cumpla y ordenar la clausura de aquellos espacios donde se viole la norma. También era responsabilidad de este organismo crear un registro de tatuadores habilitados.

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