15 Febrero 2021
Marcela Chiaro, de 38 años, víctima de femicidio.
El 14 de febrero de 2012, Delia Braser esperó el llamado de su hija Marcela Chiaro. La señora aguardaba el sonido del teléfono porque era su cumpleaños y sabía que su hija no podía fallarle. Pero aquel día Marcela no llamó.
Era la primera vez que no la llamaba por su cumple y su instinto de madre le decía que algo había no estaba bien. Marcela vivía en Villa Amalia, en la capital tucumana y su madre en Esperanza, a 38 kilómetros de la ciudad de Santa Fe.
La señora no estaba equivocada. Mandó a sus otras dos hijas a Tucumán para ver qué pasaba con Marcela. Así, con el correr de los días, la Policía descubrió que la mujer, de 38 años, había sido asesinada. El principal sospechoso eran el concubino: Luis Gabriel Corral. Además, la investigación judicial permitió descubrir que Corral tenía una amante salteña que vivía en Tucumán. Paola Carina Castro, una estudiante salteña con la que tuvo un hijo dos meses antes de la desaparición de Marcela.
Ambos quedaron detenidos y acusados por "Homicidio agravado por alevosía". Sin embargo, luego de tres años recuperaron la libertad porque se vencieron los tiempos procesales y todavía no se realizó el juicio.
La veterinaria que tenía Luis Corral, en Villa Amalia, junto a Marcela Chiaro.
Desde Esperanza, en Santa Fe, Rosana Chiaro, habló con LAGACETA.com sobre el femicidio de su hermana. "Para nosotros, como familia es muy triste ver que pasaron nueve años y todo sigue impune -dijo la mujer-, Corral cambió varias veces de abogado y el último que tiene es Gustavo Morales, que es un abogado conocido, porque demora las causas y planteó muchos recursos para estirar los plazos y que todo vaya quedando en la nada", agregó.
La mujer lamentó la actuación de la Justicia tucumana que no avanzara con rapidez en la causa. Si bien ya fue elevada a juicio, todavía no hay fecha de inicio del proceso.
"Desde que empezó la causa ningún abogado pudo demostrar que Corral es inocente. Lo único que han hecho es demorar la causa", insistió.
Una hija en Santa Fe
Luis Corral y Marcela Chiaro tuvieron una hija, llamada Luisana. Al momento del crimen, la niña tenía tres años. Al llegar a Tucumán, las hermanas Chiaro descubrieron que Corral había realizado la denuncia dos días después de haber visto por última vez a Marcela.
Además, descubrieron que la exposición que había realizado en la comisaría fue por “fuga de hogar” y no por “desaparición de persona”. Por esa razón, lo que la Policía no inició una búsqueda inmediata. También confirmaron que Corral tenía una doble vida en una relación con Paola Castro.
Rosana y Jaquelina Chiaro, hermanas de Marcela Chiaro.
La niña quedó a cargo de la familia Chiaro, en Santa Fe. Rosana dijo que hace un tiempo atrás, la menor iba a la casa de su abuela y se presentó un hombre diciéndole que era su tío. "La niña describió al supuesto tío y era Corral, por eso pedimos una medida para que no vuelva a acercarse, porque él ni siquiera puede salir de Tucumán por orden judicial, pero hay mucha impunidad", resaltó.
La investigación
El fiscal Guillermo Herrera comenzó a investigar el caso en 2012. Nunca creyó los dichos de la pareja de la desaparecida. Y sus sospechas de que él podía tener algo que ver con la desaparición fueron creciendo. Pidió un allanamiento en la veterinaria y en la casa de la amante.
En ambos sitios, los policías que actuaron al mando del fallecido comisario Víctor Barraza (fue asesinado en una medida judicial años después) encontraron manchas de sangre que supuestamente era humana. El investigador no dudó y pidió que los detuvieran.
Otra veterinaria
Corral, mientras tanto, a nueve años de aquel crimen, volvió a abrir una veterinaria, según lo denunció Rosana Chiaro. "Sabemos que tiene una nueva pareja, que abrió una veterinaria en Próspero Mena al 2100, en Tucumán, al lado de una iglesia evangelista, porque ahora es evangelista -precisó- y Paola Castro también está libre y sabemos que le hizo una demanda a Corral por los alimentos para el hijo que tienen en común", agregó.
Desde Santa Fe, Rosana Chiaro, lamentó las demoras y los obstáculos en la causa. Dijo que tal vez, si Corral seguía preso, quizás se hubiera movido más el caso en tribunales.
"El abogado Morales solo dijo que él no tiene la culpa de que la etapa de la Instrucción está plagada de errores gravísimos, cometidos por el fiscal Herrera, hoy en día, jubilado", afirmó.
"Yo digo que, desde el primer día, Corral siempre tuvo defensa... en todo momentos sus abogados podían haber cuestionado toda la investigación y no lo hicieron ni aportaron ninguna prueba de que él no haya sido... después aparece este abogado (por Morales) cuestionando todo y que tampoco presentó ninguna prueba a su favor haciéndolo quedar a Corral como una víctima del sistema penal... con este criterio todos los asesinos tendrían que estar libres", remarcó Rosana Chiaro.
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