“Hay 5.000 negativos en placas de vidrio”

“En esta primera instancia, hemos arrancado con un patrimonio del Museo que es muy importante: negativos en placas de vidrio, que van desde 1907 a 1950. En estas fotos hay planos, fotos carnet de trabajadores y también sobre las diferentes etapas de cómo se ha ido ampliando el taller, desde que se empezó a construir”, cuenta Ivana Giménez Alonso, fotógrafa y colaboradora del ISES, quien trabaja con la historiadora Laura Herrera.

La especialista en conservación de documentos y de fotografías antiguas señala que los negativos en placas de vidrio fueron encontrados en 1996, en la ex estación El Provincial, en la avenida Roca. “Parece que (Antonio D.) Bussi las quería mandar a Buenos Aires. Un grupo de personas con el jefe del laboratorio del ISES consiguieron rescatar las placas y hacerles una primera intervención de limpieza y de guarda porque estaban en cajas de madera. Se las limpió y se las puso en cajas nuevas. Ahora nosotros hicimos un nuevo inventario, se separaron las placas rotas y se les puso en un material específico libre de ácidos para que no siga su descomposición. Por lo general, las placas están en muy buen estado porque ya se había hecho una limpieza previa”, relata.

La historiadora Herrera explica que “estamos tratando de comprender mejor cómo era la dinámica o el funcionamiento de los Talleres y poder organizar las placas, los documentos que tenemos”.

No se ha encontrado aún un registro que precise quiénes tomaron las fotografías que se conservan. “Hay en gran cantidad planos de la ciudad de Tafí, de la Villa Obrera, de máquinas... Otros que les servían a los técnicos para las construcciones de vagones. Hay mucha documentación que ha estado a la intemperie. Tenemos un protocolo de seguridad muy estricto porque el polvillo y los olores son perjudiciales. Hay aproximadamente 5.000 placas; también hay mucha documentación de las secciones de los Talleres; material técnico sobre ferrocarriles y administrativo. Queremos hacer una habitación de guarda con temperatura y humedad controlada para que no siga el deterioro de las fotos o de los papeles. Una vez que un hongo ataca, el proceso se puede detener, pero nunca se puede volver para atrás”, indica Giménez Alonso.

La fotógrafa y la historiadora destacan que la historia de Tafí Viejo se ha construido alrededor de los Talleres. “Hay mucho material para investigadores. Hacemos entrevistas a trabajadores mayores de edad para que nos cuenten su experiencia porque ellos empezaron yendo a la Escuela Técnica, y después los contrataron y fueron escalando puestos. Esto va a ser un archivo muy grande, de gran volumen, para Tucumán”, dijeron.