Cuál es la condición de los cañaverales durante estos meses, en los que las temperaturas y la presencia de lluvias son determinantes para que las plantas tengan un crecimiento importante, es un interrogante que siempre el sector azucarero quiere conocer.
Es por ello que los técnicos de la Sección Agronomía de la Caña de Azúcar y Sensores Remotos de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) llevaron a cabo una encuesta entre productores y/o empresas para recolectar datos referidos al estado actual de los cañaverales tucumanos.
Durante la primavera 2020 el área cañera fue seriamente afectada por dos situaciones: la quema y la sequía, que en su interacción potenciaron la expresión de daños sanitarios y provocaron una detención y retraso del crecimiento de distintas intensidades.
En general, con excepción de lotes que pudieron ser regados, los cañaverales muestran un retraso fenológico y de crecimiento de 30 a 45 días, situación más notable en el sur de la provincia. En las cañas socas, la quema del RAC intensificó los efectos de la sequía y facilitó la aparición de daños causados por el Elasmopalpus lignosellus, una plaga que encontró condiciones óptimas para su evolución, generando consecuencias de importancia. A esta situación se sumó la llamativa aparición en muchos lotes, en especial de LCP 85-384, de los látigos característicos del carbón, enfermedad causada por el hongo sporisarium scitamineum. Por lo cual en algunas ocasiones y, especialmente en socas viejas, estos factores determinaron la decisión de descepar anticipadamente estos lotes, con la intención de sembrar algún otro cultivo estival.
También se registraron serios problemas en las nuevas plantaciones, especialmente en las realizadas de agosto en adelante, generando fallas importantes en algunos casos y, en otros, la pérdida total de lotes.
Si bien, durante parte de enero y lo que va de febrero las lluvias fueron de mayor importancia, por los efectos negativos antes señalados, es de prever una disminución en la producción global de caña, asociada a una reducción en superficie por la pérdidas de lotes y, sobre todo, por el menor crecimiento observado al presente.
Qué dice la encuesta
Transcurridos los meses de diciembre y enero se consideró de interés, dentro de las actividades previstas por la Eeaoc para la estimación de la producción de caña en la próxima zafra, efectuar una encuesta a productores y empresas a fin de conocer la situación actual de los cañaverales tucumanos y ver en qué medida fueron y son afectados por las condiciones negativas que venimos atravesando. Esta información resulta sumamente valiosa ya que permitirá identificar las problemáticas de mayor importancia y orientar las tareas futuras.
En la última semana de enero de 2021, se llevó a cabo una encuesta con preguntas cerradas para evaluar la problemática descripta con la caña de azúcar en la provincia de Tucumán. Se utilizó la plataforma “Google Forms” para implementar el formulario de preguntas, el cual fue distribuido vía correo electrónico y también por la aplicación WhatsApp.
Fueron encuestados 65 productores o empresas, que incluyeron opiniones sobre un total de 124.067 hectáreas, lo que representa alrededor del 45% del área cultivada con caña de azúcar en Tucumán (Fandos et al, 2020). Como se observa en la tabla 1, si bien en la encuesta se incluyen participantes de variados niveles de producción, la mayor superficie relevada corresponde a productores/empresas con explotaciones mayores a 500 hectáreas (Tabla).
La información recogida destaca que el 38% de los encuestados incrementó en alguna medida la superficie con caña para el 2021, mientras que el 45% no la modificó y el 17% restante la disminuyó.
También los encuestados señalaron que, en promedio, renovaron sus cañaverales (nuevas plantaciones 2020) en un 17,1%, lo que significaría a nivel del área cañera tucumana unas 47.000 hectáreas plantadas. Sin embargo, el 41,7 % de los consultados manifestó que tuvo que decepar lotes de caña planta debido a la interacción negativa de las malas condiciones que acontecieron durante su establecimiento; estas pérdidas representaron el 7,5 % de la superficie total implantada, lo que significaría a escala del área cañera, unas 3500 hectáreas.