Mitos y verdades sobre la alimentación por sonda

Mitos y verdades sobre la alimentación por sonda

Es una herramienta para asegurar el buen estado nutricional de muchos pacientes, incluso ambulatorios. Cirugías y prematuros.

NO SABE CHUPAR. Este bebé recibe la leche por sonda y estimulación en la boca, para que aprenda succionar, y así poder pasar a la teta.
10 Febrero 2021

“Hay que colocarle una sonda para alimentarlo”, escuchan los familiares y -en un gran porcentaje de los casos- se despiertan los fantasmas y los temores. Quizás porque, a pesar de que su uso es relativamente frecuente, destacan especialistas, se habla poco de ella.

Sin embargo, es una herramienta de salud fundamental y permite salvar muchísimas vidas: de personas que, a causa de enfermedades neurológicas o neuromusculares, tienen dificultad para tragar; de pacientes con algunos tipos de cáncer avanzado, o de muchos de quienes necesitan terapia intensiva e intubación.

“De hecho, en esta pandemia de covid-19, la alimentación por sonda en quienes necesitaron ventilación mecánica fue vital para que estuvieran bien nutridos y pudieran hacer frente a la enfermedad”, explica Gabriela Merr, jefa del Servicio de Nutrición del Hospital General de Agudos y presidenta de la Asociación Argentina de Nutrición Enteral y Parenteral (Aanep).

Preservar la energía

La alimentación por sonda no sólo ayuda a quienes por algún motivo no pueden comer.

“Hay pacientes para los que resguardar energía es fundamental, y aquí la sonda es clave- explica Rubén Toledo, jefe de Cirugía Cardiovascular del Hospital de Niños-. Por ejemplo, mis pacientes con cardiopatías necesitan alcanzar un peso para poder ser operados, pero tiempo tomar la teta es para ellos como hacer gimnasia: gastan energía y los agota”.

“Los papás suelen ser reticentes cuando les decimos que su hijo necesita alimentarse por sonda pero lo cierto es que esta permite asegurar la ingesta necesaria de nutrientes. Y no sólo es importante por la cuestión del peso; bien nutrido logrará mejor cicatrización, los tejidos del corazón soportarán mejor los puntos...”, añade.

En los bebés prematuros también la sonda puede ser clave. “Los nacidos antes de las 34 semanas de gestación con frecuencia tienen problemas para coordinar la succión, la respiración y la deglución”, destaca MedlinePlus, la revista digital de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. Y también para ellos, el gasto de energía implicaría demoras en el aumento de peso.

“En esos casos, los bebés reciben la leche de su mamá (y si eso no fuera posible, alguna leche líquida especial para prematuros) por sonda. Si es necesario, a la leche de la mamá se le agrega un fortificador que aumenta las calorías y los ayuda a aumentar de peso”, explica Sandra Navarrete, coordinadora de la Unidad de Cuidados Intensivos de Neonatología de la Maternidad Nuestra Señora de las Mercedes.

Cómo funciona

La sonda de alimentación enteral es un tubo muy finito (si te lo explica el médico posiblemente te diga “de calibre muy pequeño”) que ingresa por la nariz y puede llegar hasta el estómago o intestino.

“A través de la sonda, se infunden fórmulas diseñadas para alcanzar propósitos médicos específicos, en dosis precisas, para cubrir los requerimientos de cantidad y calidad de nutrientes de cada paciente, en forma personalizada, en el marco de un tratamiento integral”, explica Mirta Antonini, licenciada en Nutrición del Hospital Fernández y del Capítulo de Nutrición en Terapia Intensiva de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI).

Situación preocupante

Para crear conciencia en la población, y también para llevarle tranquilidad, del 8 al 12 de febrero se conmemora la Semana de Concientización de la Alimentación por Sonda. Pero, una vez resaltadas todas las ventajas, quedan algunos datos preocupantes. Un estudio muestra que, a pesar de que las herramientas están disponibles, en nuestro país hay mucho por mejorar acerca del abordaje nutricional de los pacientes, estén estos internados o no (ver “Falsas creencias”).

Aanep dio a conocer recientemente cifras preocupantes sobre la prevalencia de malnutrición hospitalaria en la Argentina, y las cifras son preocupantes: el 48,03% de los pacientes ingresados en diferentes hospitales presentaban algún grado de desnutrición, expuestos -en mayor o menor medida- a severas consecuencias para su salud.

“Asegurar el buen estado nutricional de los pacientes -también de aquellos que no requieren de internación en unidades de cuidados intensivos- tiene muchas consecuencias clínicas favorables concretas: disminuye la morbi-mortalidad por alteraciones de la inmunidad; acelera la curación de heridas; acorta la rehabilitación posinternación y los tiempos de la reinserción social y laboral”, destaca el comunicado de la institución.

Falsas creencias

- “Se alimentan por sonda sólo personas en terapia intensiva”.- Muchos pacientes, una vez estables, pueden seguir con soporte nutricional domiciliario; mejora el confort de la persona y de su entorno, y reduce un 50% costos del tratamiento. Decenas de condiciones pueden requerirla: nacimiento prematuro; desnutrición; trastornos neurológicos y neuromusculares; incapacidad para tragar; malformaciones anatómicas o posquirúrgicas de la boca y el esófago; cáncer y - trastornos digestivos...

“Precisará enfermera permanente si usa sonda en casa”.- Al principio hará falta capacitación y control de un equipo de soporte nutricional para aprender a conectar, desconectar y conservar la nutrición y la sonda. Pero luego muchos pacientes se infunden la alimentación solos o con ayuda de sus familiares, quienes adquieren una habilidad asombrosa.

- “No se puede comer por la boca si se tiene una sonda”.- Algunos pacientes no pueden comer lo suficiente por la boca, y necesitan soporte nutricional paralelo para que no se deteriore su estado nutricional general. “Pero si puede comer de forma segura por vía oral, tenemos que estimular esa vía lo máximo posible, para poder mantener y recuperarla de manera exclusiva lo más pronto que se pueda”, resalta la licenciada en Nutrición Gabriela Merr.

- “La sonda es para siempre”.- Hay personas que, por sus condiciones médicas, requerirán sonda de alimentación de por vida (suele colocárseles un acceso directo por el estómago y es más cómodo). Pero para muchos otros pacientes es temporal, y pueden dejar de usarla cuando médicamente ya no sea necesaria.

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