Luego de una madrugada y una mañana de mucha conmoción por el incendio del autódromo de Las Termas, llegó una tarde un poco más sosegada en la ciudad santiagueña. Con mucho calor, el cielo despejado casi a plenitud, los alrededores del circuito se veían tranquilos. Claro está, a lo lejos, la vista de las tremendas secuelas que había dejado el fuego eran una síntesis del duro momento vivido.
En las calles adyacentes a la pista había tranquilidad. Estaban habilitadas con normalidad, y los únicos que entraban y salía al recinto -orden judicial mediante- eran el personal con autorización, el cuerpo de bomberos y los policías que siguen cumpliendo las tareas que ameritan. Además de encontrarse pocos vehículos oficiales y, entre ellos, ninguna ambulancia, reflejando una mejoría de la situación con respecto a la de antes del mediodía.
Pocas personas se encontraban en los alrededores, tratando de capturar imágenes de los grandes daños causados por el fuego y de los escombros que, se estima, son provenientes especialmente de la zona de boxes y de diversos colapsos que sufrió el techo en algunos sectores.
Durante la mañana hubo una reunión interna con el personal del autódromo con un fin organizativo. Más que nada porque aún no se ha terminado el operativo. Por lo que no se puede hablar con exactitud del total de daños materiales ni de las hipótesis que se manejan para explicar el motivo por el que comenzó el siniestro.
Según se pudo saber, la actuación de la fiscalía de cargo de Carlos Vega continuará hasta el lunes