Las escuelas de verano “ensayan” la presencialidad

Mientras los adultos discuten si están dadas las condiciones para el inicio de clases presenciales, los chicos en las escuelas de verano de Tucumán demuestran que con protocolo es posible volver a las aulas sin contagiarse. “Me sorprende ver cómo los niños desde muy pequeños, seis años, se adaptan a las normas de prevención. Cada uno con su alcohol en gel, respetando distancia”, se impresiona Matías Montenegro, profesor y coordinador de los talleres que organiza la Municipalidad de Yerba Buena en la escuela municipal Petrona Jiménez Campero de Adami.

El Ministerio de Educación también dicta talleres de verano, además de clases de apoyo, en 25 escuelas de capital e interior (ver “Días y horarios”). Las actividades comenzaron el mes pasado y se extenderán hasta el 26 de este mes, precisó Alejandra Sánchez, que dirige el Ciidept, donde se dictan con mucho éxito talleres de oficios para adultos.

A la escuela de verano de Yerba Buena, asisten entre 70 y 100 chicos desde los seis años hasta del nivel secundario, de escuelas estatales y privadas. “Somos 10 docentes que nos organizamos en talleres por edades, primer ciclo, segundo ciclo y secundario. No sólo tenemos actividades en la escuela sino también salidas educativas. Por ejemplo visitamos el jardín botánico de Horco Molle y el viernes vamos al parque Percy Hill”, explica Matías.

Entusiasmada con la experiencia, la directora de Educación municipal, Victoria Desjardins, aclara que se cumplen “todas las disposiciones recomendadas en el protocolo nacional para la presencialidad. Los talleres de dictan de lunes a viernes, de 8 a 13, pero los chicos no van todos los días y además organizamos los talleres en dos turnos, de 8 a 10 y de 10 a 13 para evitar aglomeraciones. Entre turno y turno se hace limpieza con lavandina y se desinfecta. Cuando los chicos trabajan dentro del aula las ventanas están abiertas. Todos los productos de limpieza, barbijo para los chicos y alcohol en gel es provisto por el municipio.

En cada taller los alumnos trabajan en “aula burbuja”, es decir en grupos reducidos, que son siempre los mismos.

Recuperar hábitos

“Queremos que estos talleres de verano sirvan para que los chicos recuerden que la escuela no es solo un lugar para aprender contenido educativo, sino también un espacio de contención, encuentro y seguridad. Frente a un año en donde todo se ha visto alterado (tiempos, horarios, la vida misma), estamos regenerando ese hábito de tener un horario para hacer esta actividad”, explica Desjardins. La organización basada en el modelo de protocolo propuesto por Nación tiene muy en cuenta los horarios y hasta suena un timbre entre clase y clase para ir familiarizando a los niños y a los adolescentes con la rutina escolar.

“Esperamos que lo que les brindamos en esta escuela de verano, que funcionará hasta el 12, les sirve a los chicos para ingresar al ciclo lectivo 2021 mejor preparados”, anhela.

“No deja de sorprenderme el apoyo de los padres, especialmente de los más chicos, que se quedan esperando a que salgan sus hijos. Creo que si hay un acuerdo entre la escuela, la familia y los docentes es modelo de presencialidad en las aulas tiene que funcionar”, concluye.