Había que romper el hielo en el grupo de WhatsApp. Las principales figuras de Juntos por el Cambio arrancaron el año con un profundo distanciamiento respecto del camino que tienen que seguir para consolidarse durante este año electoral. Las divisiones fueron muy marcadas y, aunque todavía persisten, hubo un gesto que permite pensar en un acercamiento para barajar y dar de nuevo. Almuerzo de por medio, los referentes opositores plantearon cara a cara sus posturas, tras una pelea mediática que incluyó opiniones de un ex ministro nacional, Alfonso Prat-Gay, y de un gobernador, el de Jujuy Gerardo Morales. De un lado de la mesa se ubicaron los intendentes Mariano Campero (Yerba Buena) y Roberto Sánchez (Concepción) que insisten con la idea de avanzar en un frente amplio opositor para enfrentar este año al oficialista Frente de Todos y arrebatarle bancas en el Congreso. Del otro se ubicaron el diputado José Cano y la senadora Silvia Elías de Pérez. A la misma mesa se sentaron otros actores, la diputada Lidia Ascárate, el intendente Sebastián Salazar (Bella Vista) y los legisladores José Ascárate y José María Canelada. El interventor partidario, José “Lucho” Argañaraz no fue de la partida por un problema mecánico en su automóvil mientras regresaba a la provincia.
No hubo fotos; se pensó en redactar un comunicado, que al final no prosperó, pero al final hicieron un pacto de no agresión y hasta dejaron abierta la posibilidad de crear una comisión de enlace que se encargue de mantener los lazos de contactos entre los distintos espacios, más allá de las diferencias. Según pudo establecer LA GACETA, en el encuentro del lunes, Campero expuso que la oposición tiene la posibilidad de alcanzar 440.000 sufragios en la próxima elección de medio turno y consolidarse con más expectativas para 2023. Naturalmente que las expectativas del intendente incluyen a Fuerza Republicana dentro de esa coalición y también al Partido de la Justicia Social , del intendente Germán Alfaro, que el martes al mediodía compartió un encuentro con los principales referentes tucumanos del PRO, en El Chañar. Entre los macristas, estuvo Pablo Walter, ex director de AySA.
Cano, en tanto, expresó que Juntos por el Cambio es una coalición que orgánicamente contiene a la UCR, al PRO, al PJS y a la Coalición Cívica. “Hay que poner los pies sobre la tierra y no ser funcional al gobierno”, planteó el diputado nacional durante la cumbre radical. Campero y Sánchez expresaron, a su vez, que para nada son funcionales al gobernador Juan Manzur ni al vicegobernador Osvaldo Jaldo, frente a las versiones que sostenían que el binomio gubernamental estaba detrás de las internas radicales, como también lo sugirió el gobernador de Jujuy, en la entrevista concedida a nuestro diario, durante su visita a Tucumán del fin de semana pasado. Campero sostiene que un frente amplio debe contener a figuras como Prat-Gay y como el propio Ricardo Bussi, que tiene previsto retornar en estos días de sus vacaciones. Dentro de la mesa de los radicales se mantienen las disidencias acerca de esa incorporación al espacio opositor. De todas maneras, algunos de los participantes indicaron que seguirán discutiendo internamente la conveniencia o no de sumar dirigentes, más allá de lo que marquen las encuestas que se encargaron en los últimos meses, como guía acerca de dónde están parados preelectoralmente.
Cano ha preferido no hacer comentarios acerca de la cumbre. Sólo ha dicho públicamente: “basta de divisiones; los que de verdad queremos cambiar Tucumán tenemos que tirar juntos para el mismo lado”. El tiempo y los entendimientos dirán si esa frase es una expresión de deseo o una oportunidad para consolidar el espacio opositor al Frente de Todos en Tucumán.