Cada vez que aumenta el combustible los conductores tucumanos empiezan a plantearse cómo continuar a futuro utilizando sus vehículos.
El costo que representa llenar el tanque es sustancial para una familia y, sobre todo, si son asiduos usuarios del auto. En el último mes la nafta registró un alza sostenida y se prevé que continúe igual hacia marzo. Aquí es dónde surge la duda ¿es momento de reemplazar la nafta por gas natural comprimido (GNC)?
Mitos hay muchos: que el funcionamiento no es el mismo, que a la larga los autos tienen problemas, que son peligrosos o que el motor se arruina son algunos de los rumores que circulan en torno al uso del gas en autos. ¿Qué hay de verdad en ellos? ¿Es seguro su uso? LA GACETA consultó con especialistas tucumanos en el rubro y nos cuentan los beneficios, desde su experiencia, en usar GNC.
Julian Nasif, titular de una firma de equipamiento de GNC, comenta que las consultas han crecido exponencialmente a raíz de los aumentos de la nafta y la incertidumbre que esto genera. Agrega que los tucumanos buscan algún tipo de combustible alternativo que no aumente en la misma proporción que la nafta y dice que los beneficios de tener GNC son muchos.
“El primero es el económico. El segundo, que el GNC no contamina como la nafta, favorece la vida útil del motor porque no genera residuos”, indica.
“Con los equipos de última generación, que se están trabajando hoy en día en el mercado, la similitud de rendimiento del motor a nafta y a GNC es prácticamente igual. Es 95% igual que a nafta, todo depende del equipo que se coloque en el vehículo. Los equipos modernos son los que mejor relación tienen en prestaciones y potencias”, agrega.
Nasif cuenta que en casi todos los autos se puede instalar el equipo de GNC (menos los que son a Diesel) y que este cambio no perjudica de ninguna manera, siempre y cuando se haga el mantenimiento en forma preventiva, de la misma manera que se le haría a cualquier otro vehículo.
Importante ahorro
Roberto Brunella, técnico especializado en GNC y con casi 30 años en el rubro, expone que instalando un equipo de gas natural comprimido se ahorra un 70% de lo que se gasta en nafta.
“Marcas como Toyota o Ford te conservan la garantía si instalás un equipo de GNC. Si una fabrica hace eso, te podés dar cuenta de que no hay ningún tipo de impedimento para hacer la conversión”, subraya.
Más seguro
En lo que respecta a la seguridad (otro tema que se suele poner en tela de juicio respecto del GNC), Brunella asevera: “La Superintendencia de Seguros establece que el GNC es más seguro que la nafta. Por lo tanto, cuando vos convertís un vehículo a GNC no existe sobreprima (pagar una diferencia de seguro) para que vos tengas el beneficio”.
“El riesgo de incendio lo posee la nafta, porque es líquida. Entonces, cuando se derrama emana un gas, que la hace combustible. Cuando vos tenes una pérdida de GNC, como el gas es más liviano que el aire, se eleva y se diluye en la atmósfera. Por eso es más seguro”, subraya.
Hacer el service
Claudio Ojeda es mecánico en una casa de instalación de GNC. Dice que lo bueno del GNC es para el bolsillo porque es más económico, aunque reconoce que el precio de los equipos ha aumentado “un montón”.
Al ser consultado sobre los históricos rumores de que el GNC perjudica al motor, responde: “es mentira. El GNC no rompe el motor del vehículo. El que dice eso, nunca le hace un service (al auto). Lo principal es cambiar cables y bujías como corresponde, para que no te hagan explosiones. Si las hacen, se te rompe la carcasa del filtro o una manguera, y por eso dicen que el GNC rompe el motor, pero nada que ver”.
Experiencias
Roberto Fernández tiene una camioneta Ford Ranger modelo 2017. La compró 0 km y le instaló GNC cuando tenía 2.500 km. “Hoy tiene 65.000 km y ningún problema”, asegura. Al vehículo lo utiliza para trabajar y celebra el GNC porque “es muy económico comparado con la nafta”, aunque se sincera y acota que si hay diferencias: “si se siente un poco la pérdida de potencia y reacción del motor, pero como yo manejo por debajo de los límites de velocidad, no me afecta en absoluto”.
Con respecto a los costos y al ser consultado sobre si vale la pena, responde que todo depende del uso que se le dé al vehículo. “Según mis cálculos, haciendo 20.000 km anuales los costos del equipo se amortizan tranquilamente”, analiza.
Adolfo Fernando Chocobares es taxista. Maneja con GNC desde hace más de una década: “Desde 2007 he ido cambiando autos y siempre poniendo GNC”, cuenta. Considera que es una gran manera de ahorrar y aclara que nunca le tuvo desconfianza al GNC, ni sufrió problemas con el auto. “Para mí es igual el manejo, es la misma reacción del vehículo”, asevera. Coincide con Fernández en que la conversión conviene según el uso del auto. “Si no se anda mucho, no se llega a amortizar”, advierte.
“Yo le recomendaría a todo el que tenga vehículo que se pase a GNC, es lo mejor que hay”, asegura sin dudarlo Miguel Alejandro Ormachea. Destaca que conviene por lo que se ahorra y porque permite trabajar tranquilo. “Creo que a todo el mundo le conviene el gas ahora, porque está mucho más accesible que la nafta”, sostiene. Ejemplifica esto al contar que carga combustible en Lomas de Tafí y llega hasta Las Termas de Río Hondo con una carga. ¿Cuánto gasta? Sólo $ 200.
(Producción periodística: Nicolás Sánchez Picón)
Precios y duración: variaciones según equipo y vehículo y el mantenimiento
Los equipos y sus costos varían según la generación del equipo y el tipo de vehículo al que se le desea instalar. Pueden comprarse desde $ 50.000 hasta $ 80.000 para los autos “promedio”, aunque en algunos casos específicos (que son pocos) el costo del equipo puede ascender hasta los $ 110.000.
El mecánico Claudio Ojeda explica que los equipos no tienen que ser reemplazados cada un tiempo determinado, porque son de larga vida. “No es que hay que cambiarlos, pueden circular tranquilos. Al cilindro se le hace una prueba hidráulica cada cinco años, pero no es que tienen un tope de vida”, aclara.