“Ando un poquito más tranquilo ahora, nena. Hace un mes agarré a uno y le pegué una piña, le pisé dos veces la cabeza y convulsionó. Sigue vivo todavía, así que bueno, se salvó”, dice uno de los audios que Álvaro Jorge Quiroga, el acusado de asesinar de una puñalada en el pecho a Marcos Montenegro Cano, habría enviado a una de sus víctimas.
Nadia Cano, hermana de la víctima y querellante en la causa, recibió nueve audios de diferentes personas que habrían sido víctimas de Quiroga, quienes los enviaron para apoyar a Cano en el caso, con la esperanza de que se haga Justicia. La hermana y Patricio Char, el abogada que velará por los intereses de la familia de la víctima, estarían considerando presentarlos ante la Justicia como prueba.
El sábado por la madrugada, Quiroga y Martín Dimarco (acusado como cómplice en el crimen) habrían atacado a la hermana de Marcos Montenegro, quien salió con su hermano Gonzalo en persecución de los otros dos jóvenes en defensa de Cano. Al alcanzar a los sospechosos en la avenida Mate de Luna, frente a la Maternidad, los hermanos Montenegro no se percataron que uno de los agresores portaba un cuchillo hasta que sintieron el puntazo. Una puñalada en el pecho a Marcos, que murió casi al instante, y otra en el abdomen a Gonzalo, que se recupera en su casa, fueron suficientes para dar por finalizado el pleito. Ahora, la familia busca Justicia.
“Dos o tres millones para quedar libre”
Los audios evidencian una gran carga de violencia. En ellos, el acusado narraría cómo golpea a otra gente, y aseguraría ser un hombre peligroso y armado.
“A un policía le pegué una piña y le quebré el cráneo, así que ya no pego tanto porque sé que cuando pego lo hago feo, y me puedo comer un ‘garrón’”, se escucha en uno de los audios. Y sigue: “no me gusta que me miren fuerte, ya me siento zarpado cuando me miran. No me gusta ni que me miren. O pienso que son putos, a mi me gusta que me miren las chicas nomás, los giles no me gusta que me miren”.
En el siguiente audio, el joven cuenta de sus armas y explica que con dinero se resuelven los problemas judiciales que puedan surgir. “Tengo dos pistolas, una nueve milímetros y una 11,25... Hay varios que los quiero ‘finar’, pero bueno, no se puede... Hecha la ley, hecha la trampa, así que ya vamos a ver más adelante, cuando haga más plata y tire dos o tres millones para quedar en libertad”, dice.
Además, asegura haber pertenecido a una banda delictiva en el pasado, grupo que ya se habría desarmado: “antes era de una banda bien peligrosa de delincuentes. Éramos 15, y 10 están en la cárcel, tres están muertos y dos estamos libres”, afirma, y se escucha el gesto como de una sonrisa.
“Y ahora me dedico a la política y a la plata porque este mundo es para los inteligentes. Éramos bien abusos. Robamos el aeropuerto, tengo dos amigos que robaron un banco en Santiago. Tenían en la casa más armas y ametralladoras que papel higiénico”, añade.
Por último, quien habla en los audios hace referencia al poder que tiene, y que “sabe dónde andan” los demás. “Tengo todos los teléfonos investigados, sé por donde andan. Cuando tenga ganas, cuando esté bien aburrido, voy y me divierto con ellos”, finaliza el último audio.